SORGIÑA Y TXIMELETA
Eres ocaso y aurora,
Eres luz del mediodía
Eres la noche y el día
y el cantar de caracolas.
Eres la suave brisa
que alegra,
el caminar de las horas.
Eres arreboles de ocasos
y luz de amanecidas.
Eres esa grácil mariposa
que se columpia en la brisa
vas derramando sonrisa,
y derrochando alegría.
Eres el caminar de las horas
la brisa fresca de un día
eres rumor de las olas
y fulgor del mediodía.
Eres tú la mariposa
que vuela sin rumbo fijo
sobre el viento iracundo,
y lo transformas en brisa
de un día de primavera.
Eres tú la mariposa
que te posas en las rosas
para hacerlas más hermosas
en su belleza efímera.
Eres la risa y el llanto,
y la alegría y la pena,
eres ocaso y aurora
de un día de primavera.
En ti; se encierran ambas
cosas.
Eres tú;
la abeja de la colmena
la que en silencio labora
y su presencia se ignora.
Eres a la vez;
sorguiña y tximeleta;
la que vive en la penumbra del bosque
en las más profundas cuevas,
la que por el aire vuela
danzando con suaves brisas
haciendo mil cabriolas
te posas en flores bellas,
eclipsando su belleza
y a las cimas tú te elevas.
Esas cimas;
majestuosas y reinas
coronadas por diademas
hechas con rocas y peñas.
Eres tú, a la vez;
la Tximeleta vistosa
que viste traje de fiesta
que compites con la luz
y que adornas la floresta.
Y a la vez también tú eres;
esa arcana Sorguiña
que a todos confusos dejas,
te rodean los misterios
del crepúsculo y las sombras.
Eres tú amiga mía;
Sorguiña y Tximeleta;
bruja buena y alegre mariposa.
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