NÚBIL
Aquella
niña tan fea,
con sus trenzas enredadas,
sus pecas que la afeaban,
su cuerpo tan desgarbado
desde los hombros a la tierra.
Aquella niña tan fea,
que me hacía tantas muecas,
que me llamaba de todo
y me sacaba la lengua.
Cuando paso el invierno
de sus quinces primaveras
se transformó la crisálida
en mariposa muy bella.
Metamorfosis.
Ocultos por sus dorados cabellos
con los que la brisa juega
hay dos luceros dormidos
más lindos que las estrellas.
Ojos azules verdosos,
ojos de brillos de estrellas
cual es la lluvia inocente
del chubasco en primavera.
Lluvia; posada sobre pétalos de rosas.
Ojos despiertos, brillantes,
que apenas si pestañean.
Ojos que miran de frente,
como miran las panteras.
Ojos que dicen verdades
cuando te miran de cerca.
Ojos que remedan cielos
donde viven las estrellas.
Ojos que son Mare Nostrum,
con esas olas tan quietas,
que se deslizan en silencio
y se esconden en la arena
y un sinfín de burbujas
caprichosas y risueñas,
chispeantes e inquietas,
bailan, en una cala desierta.
Casi ocultos por esos lindos cabellos
rubios cual el oro en veta
espejo, donde se peinan estrellas.
Esos tus ojos azules verdosos
color turquesa.
Sobre ti; han colocado un vestido
que se ciñe, que se ciñe a tus caderas
y me descubre tu cuerpo,
cuerpo de diosa, talle de esbelta palmera.
Bajo una blusa de gasa,
suave cual primavera
han florecido dos nardos
que para mí yo quisiera.
En tu cuerpo núbil, niña pequeña,
ya se han caído las hojas
del calendario que marcan
una etapa que se va
y otra etapa que llega.
En él; hace tiempo que surgieron
curvas de diosas helénicas.
Es tu rostro de ángel bello,
un querubín de la gloria
con dos claveles en tus pómulos
y un fresón rojo en tu boca.
Labios carnosos que incitan,
envidia de las cerezas
y tus dientes de marfil
hacen feas a las perlas.
Corazón de niña buena,
con cuerpo que cumple años,
y se descubre en el tiempo
de un invierno que ha pasado
de una primavera nueva
que a tu puerta está llamando.
Niña pequeña. Que has pasado
con sus trenzas enredadas,
sus pecas que la afeaban,
su cuerpo tan desgarbado
desde los hombros a la tierra.
Aquella niña tan fea,
que me hacía tantas muecas,
que me llamaba de todo
y me sacaba la lengua.
Cuando paso el invierno
de sus quinces primaveras
se transformó la crisálida
en mariposa muy bella.
Metamorfosis.
Ocultos por sus dorados cabellos
con los que la brisa juega
hay dos luceros dormidos
más lindos que las estrellas.
Ojos azules verdosos,
ojos de brillos de estrellas
cual es la lluvia inocente
del chubasco en primavera.
Lluvia; posada sobre pétalos de rosas.
Ojos despiertos, brillantes,
que apenas si pestañean.
Ojos que miran de frente,
como miran las panteras.
Ojos que dicen verdades
cuando te miran de cerca.
Ojos que remedan cielos
donde viven las estrellas.
Ojos que son Mare Nostrum,
con esas olas tan quietas,
que se deslizan en silencio
y se esconden en la arena
y un sinfín de burbujas
caprichosas y risueñas,
chispeantes e inquietas,
bailan, en una cala desierta.
Casi ocultos por esos lindos cabellos
rubios cual el oro en veta
espejo, donde se peinan estrellas.
Esos tus ojos azules verdosos
color turquesa.
Sobre ti; han colocado un vestido
que se ciñe, que se ciñe a tus caderas
y me descubre tu cuerpo,
cuerpo de diosa, talle de esbelta palmera.
Bajo una blusa de gasa,
suave cual primavera
han florecido dos nardos
que para mí yo quisiera.
En tu cuerpo núbil, niña pequeña,
ya se han caído las hojas
del calendario que marcan
una etapa que se va
y otra etapa que llega.
En él; hace tiempo que surgieron
curvas de diosas helénicas.
Es tu rostro de ángel bello,
un querubín de la gloria
con dos claveles en tus pómulos
y un fresón rojo en tu boca.
Labios carnosos que incitan,
envidia de las cerezas
y tus dientes de marfil
hacen feas a las perlas.
Corazón de niña buena,
con cuerpo que cumple años,
y se descubre en el tiempo
de un invierno que ha pasado
de una primavera nueva
que a tu puerta está llamando.
Niña pequeña. Que has pasado
de fea
crisálida a mariposa bella.
1 comentario:
Soy el guardián de la vigilia, tengo un blog de poesía que quisiera compartir con vosotros. En él trato la tristeza, la soledad, el amor, la sociedad, los sueños, la esperanza,... Deseo que mis poemas os gusten y los disfrutéis tanto como yo al escribirlos. No dejéis de entrar a diaro y de seguir mi blog. Gracias por vuestro tiempo y vuestra atención. Vuestro ángel de la guarda Laurïel.
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