Hola hijo mío, de
nuevo aquí estamos.
Para contarte nuestro andar
Para contarte nuestro andar
por este angosto camino
por el que hoy avanzamos.
Un sendero lleno de
baches
de piedras y mucho barro.
Donde las zarzas son reinas
Donde las zarzas son reinas
del suelo que hoy que pisamos.
A cada paso que
damos,
los recuerdos nos invaden.
En tropel;
En tropel;
vienen todos a nosotros
para hablarnos ellos de ti.
Y nos llenan de alegría,
Y nos llenan de alegría,
porque en ellos, tus recuerdos
caminamos esta vida.
El tiempo pasa
y
nosotros no avanzamos,
nos quedamos;
por el dolor y las penas
prisioneros, apeados...
Solo nos queda la esperanza
que con el andar del tiempo
hacia a ti nos acercamos.
El camino es angosto,
lleno de piedras y barro,
de zarza que nos laceran
corazón, piernas y manos.
Con nuestra sangre y lágrimas
este camino regamos.
En nuestro penoso andar
por el camino que vamos.
David;
hacia ti pronto llegamos.
Cariño mío, mi niño querido.
¡Espéranos,
que ya vamos!
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