
Hola hijo mío:
hace mucho tiempo
que no he entrado en este territorio.
Este espacio que es tuyo y mío,
que con amor compartimos
con aquellos que lo quieran
asomarse a esta ventana,
ventana que es centinela
del amor, de los recuerdos
de toda una vida entera.
No, no
hijo mío, mi ausencia
no quiere decir que es olvido
ni dejadez ni pereza.
No, cariño mío,
nunca has estado tú, tan presente
en mi corazón, mi alma, en esta vida
aunque los recuerdos duelan.
Pero es que,
esta tan insegura vida
que tanto y tanto
a veces nos sisa, nos roba, nos borra,
la ilusión, la esperanza, la vida...
Y algunas otras que restituyen momentos
de esperanza, despierta nuevas ilusiones.
Permite mirar hacia un futuro ya tachado.
Son signos de los momentos
en que en nuestras vidas
hay de nuevo ilusión, esperanzas,
y hasta alguna sonrisa.
Y vuelve la alegría que se encuentra ausente
en esos momentos duros y terribles
de nuestras vidas.

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