10 sept 2025

HABLANDO CON DAVID, 2025-XXXI

Hola hijo mío, he vuelto, 
aunque nunca yo me he ido.
Y bien sabes tú mi ausencia 
porqué motivo ha sido.

Te he sentido yo muy cerca, 
muy cerca de mí hijo mío 
cuando hollaba yo muy solo, 
caminos; qué muy juntos 
tú y yo un día los recorrimos.
 
Pero tú, un día te fuiste 
y seguiste otro camino 
que para mí está vetado 
hasta que llegue mi sino.

Sabrás,
por qué yo sí que lo sé, 
que tú siempre estás conmigo 
que tu amada hijita
que nos da vida y cariño,
con nosotros todos juntos, 
otro verano,
muy felices convivimos.
 
Nunca desde día que te fuiste, 
nunca yo jamás he visto 
en los ojos de tu madre,
en sus ojos siempre húmedos
ese brillo de alegría 
que se había proscrito.
Ese brillo tan bonito,
es un brillo que cuando
Leize está, está siempre
en sus ojos fijo, fijo.
 
Ese brillo es permanente
teniendo cerca de si 
su consuelo más querido
ese pedazo de cielo, pedacito 
de su hijo que para
siempre se ha ido.

Más tarde hemos estado 
en la boda de tu primo 
y todos los invitados por ti
nos han preguntado
y los recuerdos cual manantial 
han surgido,
como surge del arroyo su murmullo.
En infinidad de rostros
sus ojos, surtidores han sido.
 
Cariño mío, 
a la rutina hemos vuelto.
Contigo cerca de nosotros 
y ese pequeño trocito 
que nos dejaste de ti 
para penas y el dolor,
alivio, solo alivio.
 
Te queremos, te añoramos
y nunca te olvidamos
pequeño querido hijo. 

 

No hay comentarios: