HABLANDO CON DAVID 2025-XXXV

Hola David, el otoño ha llegado.
Las hojas de los castaños indianos 

que dan sombra a las calles y aceras
por donde cada día pasamos,
ya van perdiendo sus hojas
y sus frutos liberando.

Los bosques de ribera 

que de chopos se sembraron
poco a poco entre sus desnudas ramas 

sus secretos van mostrando.
Nos muestran en lo alto de sus copas
lo que con celo y con mimo
tanto tiempo han guardado.

Nidos de aves que ya emigraron.

Ellos, se mantienen erguidos,  
cual formación de soldados.

David, el otoño; 

hasta nosotros ha llegado.
Y con él han llegado esos días 

que siempre los recordamos.

Ya se ven abandonados, 

los nidos de golondrinas 

bajo los altos aleros de los tejados.

Ya se extraña a los tiznados vencejos 

que volaban cada nuevo amanecer 

y cuando el sol se ocultaba 

cerca de nuestra terraza 

quebrando con sus enfiladas alas 

la más sutil de las brisas 

de un verano que abrasaba. 

David, también ellos ya,

hace tiempo que marcharan.

David, 

ya tu niña ha vuelto a la escuela 

alegre y encanta, cual lo hacía.
Y con sus nuevas botitas 

va vaciando los charcos
que las finas lluvias del otoño 

pasando charcos irrigan.
Ya su amama ha retirado 

la ropita del verano aquella

tan alegre y tan bonita.

David Cariño mío, 

volvemos a la rutina, 

la rutina de un nuevo año, 

que ya se aproxima.

La alegría y el desenfado 

del ya pasado verano
se han ahogado en la nostalgia 

del otoño que ha llegado.

David los días se acortan 

a pasos agigantados,
las mañanas son más fresca
y los cielos del otoño son;
plañideras llorando.
 
Hijo mío; también se va acercando 

tu segundo aniversario.
David, cada día nos cuesta más,
a tu ausencia acostumbrarnos.