Y TÚ LO SABES

SIEMPRE HE ESTADO AHÍ.

 

Te conocí siendo muy niña,
florecilla castellana
de un lugar de La Mancha.
Colmando de tu alegría
barbechos, páramos, vegas…
de sus tierras secas, llanas... 

Tierra donde las mieses se mecen

creando un mar en calma
en esta tierra manchega
donde nació la esperanza.
 
Donde las brisas del Norte
bailan con las hojarascas
que duermen sobre los surcos
esperando primaveras
y con ellas sus templanzas.
 
Y a esos crudos inviernos 
eres tú preciosa dama,
quien les llenas de esperanza.              
Cuando el día amanece,
y a ti la aurora te llama
te cantan los ruiseñores
que alegran tus mañanas.
 
Te asomas a tu ventana y ves,
como despiertan las nubes
que duermen en las montañas.
Desperezarse las brumas
que del Alberche y sus aguas
son: sus amantes cortesanas.
 
Y esa brisa de las tardes
portadoras de noticias
que te ilusionan y agradan.
Que mantienen viva en ti,
ilusiones y esperanzas
de hacer realidad los sueños
que nunca jamás se alcanzan.
 
Tú, eres gota de rocío
sobre pétalos posada
para realzar la belleza
de la flor de tu bonito pensil,
más bella, linda y lozana.