A LA MONTAÑA, MI GRAN AMOR
Te amo tanto, sin tú saberlo.
He acariciado cada poro de tu piel.
He bajado a las simas de tu cuerpo.
He escalado los pezones de tus pechos,
bañando con mis sudores
la epidermis de tu cuerpo.
Y te amo tanto; que no me importa
y te comparto con todos ellos.
Y les enseño yo, como amarte,
como quererte, como sufrirte,
como adorarte, Reina del cielo.
Cual yo te amo,
cual yo te quiero,
cual yo te sufro y te deseo.
Y si tuviese mil vidas,
que tú bien sabes
que no las tengo,
nunca serian lo suficiente
para decirte, cuánto te quiero.
Y cuando camine el reloj del tiempo,
cuando mi cuerpo se curve
sobre mi pecho
y se emblanquezca mi ralo pelo,
tú seguirás bella y altiva,
desafiante, allá a lo lejos,
y te amaré en la distancia
sin tú saberlo.
Te observaré tras los espejos
de los cristales que son los sueños.
Y bajaré de nuevo a esos tus valles,
valles profundos, desafiantes, bellos…
donde tú escondes viejos secretos
y exploraré tus negras simas
donde ocultas grandes deseos,
y con mis descalzos pies
acariciaré tu lindo cuerpo
y con sudor y con cansancio,
coronaré tus altos pechos
y besaré sus aureolas
hechas de nieve y de deseos.
Y cuando yo me despierte
nunca sabré que fue un sueño
y mis deseos de amarte
se calmaran por largo tiempo
y podré, yo de nuevo acariciarte
recorriendo tus senderos,
descubriendo los misterios
de tus valle y tus simas
acariciando tus senos,
aunque solo yo te amé,
aunque sólo, sólo;
yo te amé, en mis sueños.
Te quiero, te amo tanto
que me siento satisfecho
de poderte compartir
con los amigos que quiero.
Te amo tanto, sin tú saberlo.
He acariciado cada poro de tu piel.
He bajado a las simas de tu cuerpo.
He escalado los pezones de tus pechos,
bañando con mis sudores
la epidermis de tu cuerpo.
Y te amo tanto; que no me importa
y te comparto con todos ellos.
Y les enseño yo, como amarte,
como quererte, como sufrirte,
como adorarte, Reina del cielo.
Cual yo te amo,
cual yo te quiero,
cual yo te sufro y te deseo.
Y si tuviese mil vidas,
que tú bien sabes
que no las tengo,
nunca serian lo suficiente
para decirte, cuánto te quiero.
Y cuando camine el reloj del tiempo,
cuando mi cuerpo se curve
sobre mi pecho
y se emblanquezca mi ralo pelo,
tú seguirás bella y altiva,
desafiante, allá a lo lejos,
y te amaré en la distancia
sin tú saberlo.
Te observaré tras los espejos
de los cristales que son los sueños.
Y bajaré de nuevo a esos tus valles,
valles profundos, desafiantes, bellos…
donde tú escondes viejos secretos
y exploraré tus negras simas
donde ocultas grandes deseos,
y con mis descalzos pies
acariciaré tu lindo cuerpo
y con sudor y con cansancio,
coronaré tus altos pechos
y besaré sus aureolas
hechas de nieve y de deseos.
Y cuando yo me despierte
nunca sabré que fue un sueño
y mis deseos de amarte
se calmaran por largo tiempo
y podré, yo de nuevo acariciarte
recorriendo tus senderos,
descubriendo los misterios
de tus valle y tus simas
acariciando tus senos,
aunque solo yo te amé,
aunque sólo, sólo;
yo te amé, en mis sueños.
Te quiero, te amo tanto
que me siento satisfecho
de poderte compartir
con los amigos que quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario