24 feb 2015

ENCUENTRO

EN LA NOCHE.
Que noche aquella en la que nos encontramos 
al volver de esa esquina en la que tropezamos.
Tú te mostraste esquiva, tirante y a la defensiva.
Yo te pedí perdón e intente ayudarte 
a que estuvieses tranquila y sin enfadarte.

Te pedí yo perdón por haberte asustado, 
pero tú no me escuchaste y corriste 
huyendo de mi lado.
Me dejaste con la palabra en los labios.
Me quede pensativo e intenté asimilar 
lo que había ocurrido sin nadie esperarlo.

Caminaba yo por la acera vacía de gente
esa noche solitaria y fría, caminaba
pensando en mis cosas sin mirar lo que hacía.
Paseaba yo ausente y al doblar una esquina 
tú y yo nos tropezamos y para que tú no cayeses 
te cogí entre mis brazos y sentí,
como te estremecías.
Huiste despavorida como temiendo algo.
Me quede pensativo con la mirada perdida,
observe que algo brillaba me agache para verlo.
Un dije de oro había por el suelo. 
Era un corazón roto con el enganche suelto. 
Intente alcanzarte para así devolvértelo 
y tan solo encontré a la noche vacía y fría 
envuelta en el silencio.
 
He pasado los días recorriendo esa calle,
para ver si te veo y poder yo hablarte,
y aunque yo no te encuentro 
por ninguna parte, siempre yo recuerdo 
tu lindo rostros, tus asustados ojos negros
y el temblor de tu cuerpo.

Cada noche yo salgo por la calle vacía 
para ver si te encuentro al doblar esa esquina
y tener la evidencia de que no fue un sueño 
que tú y yo tropezáramos esa noche de invierno.

Le pregunto a las farolas y a la acera de enfrente 
a los coches aparcados que parecen ausentes,
de la calle aquella donde nos encontramos. 
Le pregunto, si te han visto pasar, caminar por su lado,
mas ellas no quieren contestarme, 
ni siquiera se dignan a decir una piadosa mentira.

Recuerda que cada noche yo salgo 
para ver si te encuentro y poder contemplar 
ese tu rostro bello y deseo tu cuerpo de abrazar.

Desde aquel; nuestro fortuito encuentro, 
te diré desconocida que yo tengo;
dos corazones rotos uno fuera y otro dentro
de mi pecho.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Querido amigo:

Que historia, narrada en poesía, tan preciosa.

La leo y la vuelvo a leer y cada vez, para mi, es más preciosa.

Solo vasta cerrar los ojos, y la fantasía de un sueño, se hace realidad.

¡Preciosa!
¿Que más se puede decir?
Amigo mio, sigue creando sueños
y algún día, encontraras a la dueña del dige perdido:" Un corazón roto" que ahora, llevas en tu pecho.

Un gran abrazo tu amiga, Eva