...FIEL AMIGO.
Escucho
al silencio,
que
entra suave, suave
y
muy quedo y callado
en
mi aposento.
El
silencio se sienta a mi lado,
me
mira contento,
me
escucha muy quieto
todo
el soliloquio que conmigo tengo.
Con
mí mismo, tengo muy adentro.
El
silencio espera
que
se rompa el misterio,
que
se quiebre el ambiente
que
encierra, el serio momento.
Pero
al final el silencio,
cansado
de tanto esperar,
cansado
de solo escucha
mis
tristes pensamientos,
se
marchó él solo,
solo
a esperar en otro aposento.
Mi
mano muy firme,
sobre
mi cuaderno va
desgranando
despacio
en
forma de versos,
de
versos muy sencillos
que
emanan de dentro
de
mis pensamientos
y
que yo los vivo, los estoy
viviendo
en mis sueños.
Amigo
silencio, tú,
que
siempre estas a mi lado,
que
sufres conmigo,
que
sufres en silencio,
que
muy, muy discreto
festejas
conmigo
mis
alegres momentos,
y
que lloras conmigo
en
otros momentos.
Tú,
que tienes las llaves
de
mis aposentos,
de
mi alma, de mi corazón
y
de todos y cada uno
de
esos mis momentos,
sean
tristes o alegres.
Yo
siempre en ti encuentro
el consuelo
que busco
y
que necesito
en
todos los momentos.
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