DIAS DE SOLEDAD,

NOCHES SIN SUEÑOS.

 

Siento sobre mi rostro la fría mano

que me caricia sin yo quererlo, 
y escucho en mis oídos duros lamentos 
son los gemidos del viento frío 

que atormentan mis sentimientos.

Siento a mi alrededor el vacío, 

ese vacío que es el silencio,

que es la losa tan pesada 

con que cargo cada día,

es, mi tormento y lastre de mi vida.

 

Quiero dormir, mas, el sueño no viene a mí.

Quiero soñar, mas, soñar no sé sin ti.

Pues soñar en soledad no es soñar, 

soñador despierto nunca yo pude lograr.

 

Me domina el silencio que me rodea, 

me siento prisionero de él, aun sin cadenas. 

El vacío es el espacio donde yo vivo,

y soñar en él si tú no estás, no lo consigo.

 

Miro yo al horizonte y su línea

de mi se aleja.

Las alondras han dejado de cantar 

a la alborada en las vastas parcelas, 

el ruiseñor silenció su canto en la floresta, 

y el río con su corriente mis sueños

de mí; él los aleja.

 

Las horas pasan lentas mientras yo espero, 

los días son monótonos largos y quedos,

las noches son eternas mientras yo velo.

 

Que dura es la vida sin el consuelo, 

de no tener que hacer realidad

aquellos sueños. 

Los sueños que yo no tengo.

Espero y deseo que pase pronto 
la soledad y la tristeza en que me encierro.