... EL INVIERNO ES INICIO.
Sombría está la mañana,
aterido estoy de frío,
llueve, nieva y el viento
se hace dueño del espacio
que se encuentra sin cobijo.
Los gorriones en el parque
se cobijan
bajo las ramas del mirto
y en lo alto del alero
donde lloran las canales
esta posado un mirlo
que mira hacia las ramas desnudas
de un olmo viejo y herido
donde él cuelga en primavera
su elaborado nido.
Y su viejo y desnudo nido,
hoy está al descubierto y vacío.
Llueve, nieva hace frío
y en este invierno tan largo,
tan cruel y desabrido
yo sin amparo me encuentro
y mi corazón vacío
está buscando un cobijo.
Mi corazón está llorando,
porque se encuentra muy solo
sin el calor ni el cariño
de un corazón receptivo.
El amor que yo tenía
se marchó con el último suspiro
de aquel rayito de sol
de un otoño ya marchito
que se fue dejándonos
huérfano
al desabrigo del
frio.
Llueve, nieva hace frío
y las calles solitarias,
y los parques tan vacíos.
En la alameda del parque
he visto en el olmo herido
que un brote le ha nacido,
y anuncia la primavera
y le dice adiós al frío.
Miro el patio del colegio
hoy tan vacío de niños,
no oigo sus gritos ni sus cantos,
hoy recreo no han tenido.
El invierno es cruel,
el invierno es el final de un camino.
Y donde está el final,
siempre se encuentra un inicio
para volver a empezar
lo que creímos perdido.
El invierno no es el fin,
el invierno es el principio.
Principio de un renacer
de un nuevo volver amar,
empezar un nuevo ciclo
renovando lo vivido
y volver para
empezar
lo que creíamos perdido.
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