Siento
el frío de tu ausencia,
siento
un enorme vacío que llena,
mi
corazón y cabeza.
Siento
deslizarse en mí
las
lágrimas de ese dolor que brotan
de la fuente del silencio
y de la terrible ausencia.
Sufro
yo la soledad
que
tu ausencia en mi deja,
siento
en mí ese silencio
como
una pesada losa
que
la hace más inmensa,
ese, el vacío tan inhumano
que en torno a mi se crea.
No
sé yo dónde buscarte,
ni
sé, dónde llamarte pudiera,
tampoco
sé yo el motivo
por
el que ese día te fueras.
Tan solo, tan solo sé,
que añoro yo tu presencia.
Quiero
yo despertar contigo
antes
de que el alba venga,
sentir
su luz primigenia,
escuchando
a los jilgueros
que
anidan en la bella rosaleda,
que cantan al nuevo día,
cual si mañana no hubiera.
Quizás
mañana cuando yo despierte
quizás
mañana estés tú a mi vera.
Quizás
mañana tú despiertes
en mi cama junto a mí
y
juntos esperemos a que lleguen,
otras nuevas primaveras.
Quizás,
quizás, quizás mañana,
juntos
estemos, a la llegada del alba.
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