Hola hijo, hay cosas que contigo quiero hablar
Cuando yo me despierto
Cuando yo me despierto
porque no puedo mi sueño ya conciliar
siempre me pongo a pensar,
siempre me pongo a pensar,
a pensar en ti, una y otra vez más.
Pienso en aquellos días, tan difícil de olvidar,
en tu rostro venerado que no quiero yo olvidar.
Mi corazón se me encoje y se acelera sin más,
me entra un desasosiego que no puedo controlar
cuando lo intento y no logro el poder imaginar
en tu rostro venerado que no quiero yo olvidar.
Mi corazón se me encoje y se acelera sin más,
me entra un desasosiego que no puedo controlar
cuando lo intento y no logro el poder imaginar
lo que debiste sufrir, lo que tuviste que penar.
Tan joven, tan lleno de vida,
tan cargado de ilusiones
que jamás, se hicieron realidad.
que jamás, se hicieron realidad.
Aquel rostro tan sereno que intentaba
su tristeza, su dolor, su inquietud
su tristeza, su dolor, su inquietud
y sus miedos ocultar.
Ese secreto a voces que tú querías guardar
para que nuestro dolor se pudiése soportar.
Fuiste valiente, tan valiente,
que no se puede ser más,
sabías que tú te ibas,
sabías que tú te ibas,
que te tenías marchar,
que ya no había remedio
que ya no había remedio
para aquel tan cruel mal
y permaneciste sereno
con una sonrisa en tus labios
cuando el llanto es lo normal.
En silencio te marchaste,
en silencio, como se suelen marchar
las personas que lo son
y ya no pueden luchar.
en silencio, como se suelen marchar
las personas que lo son
y ya no pueden luchar.
Un día y otro revivo esos momentos,
un día y otro, no los puedo yo olvidar,
el dolor, la pena y la tristeza anidan
en mi alma
un día y otro, no los puedo yo olvidar,
el dolor, la pena y la tristeza anidan
en mi alma
y mi alma no los puede manejar.
Te fuiste sí; ya te has ido
pero siempre en mi estarás
y como tu hija dice.
y como tu hija dice.
En todos nuestros corazones
está tu casa y tu hogar.
Te queremos, te queremos
y nunca te podremos olvidar.
y nunca te podremos olvidar.
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