HABLANDO CON DAVID-2025-IV

Hola hijo mío, amor de mi alma.

He llorado de nuevo viendo
que sin jamás de nuevo esperarla,
la felicidad ha entrado de nuevo
en nuestra humilde casa.
 
Esa cosita tan pequeña 

a la vez que; guapa, risueña, 

tan cariñosa y simpática.

Corretea tras nosotros 

en nuestra casa, su casa.
Sin dar tregua a su aitite 

y a su, tan querida amama.
 
Ella no sabe que es; 

Bálsamo para nuestras almas.
La que alivia el dolor y las penas 

que anidan, 

en nuestras sufrientes almas.
 
He llorado hijo mío al sentirme abatido
al ver ese trocito del sol 

al que tanto, tanto amabas. 
Y que, este cruel destino 

no te dio tregua ni pausa 

para seguir a su lado
queriéndola tanto, tanto, 

como querías y soñabas.
 
Si amor mío. Ella es la alegría 

que inunda nuestra humilde morada, 

ella es la que llena de felicidad 

cada rincón de mi casa.
 
Ella trae hasta nosotros los recuerdos,
que son; durmientes en mi alma.
Recuerdos, de aquellos muchos momentos 

que juntos hemos vividos.
Recuerdos que me llenan 

de tristezas y nostalgias,

y a la vez de alegría y esperanza.
 
Nosotros intentamos 

que el dolor y las penas 

que moran en nuestras almas

se queden en ellas 

cuando está ella presente 

bien cerradas y guardadas.

Y que todo nuestro amor, 

nuestras caricias deseadas 

lleguen tiernas, netas, limpias
a nuestra niña del alma

tan querida y tan amada.

 
David hijo mío, mi niño del alma.
Tú niña bonita vive en esta vida rodeada;
por la felicidad, el amor y el cariño
por todos ellos juntos también, 

mi niña bonita, tu hija del alma,  

es siempre acunada.