16 feb 2024

HABLANDO CON DAVID 2024-XIV


La luz de la mañana se desborda,
como se desborda el río de lágrimas. 
Lagrimas espontaneas de penas y de dolor
que surgen cuando pienso en ti, 
mi hijo del alma.

¿Dónde estás tú hijo mío?
Yo te busco por la casa 
y de la casa te has ido.
En cada uno de los recodos 
del tortuoso camino 
yo muy atento miro
mas tú a este camino 
nunca jamás has venido.

Por las calles entre las gentes 
de las cuales desconozco sus destinos
miro sus rostros, 
mas no contemplo yo el tuyo.
Yo a ti jamás te encuentro,
pregunto por ti a cada uno,
y respuestas no consigo.
Nadie, nadie a ti te ha visto.

Sigo gritando al silencio,
que él es único testigo
de todos nuestros encuentros.
Tú conmigo, yo contigo.
 
Te seguiré yo buscando
en esos recuerdos míos
que yo tengo a buen recaudo,
para no olvidar ninguno.
Seguiré hablando al silencio
que él es; el heraldo consentido
para que todas mis palabras
lleguen a ti hijo mío. 

Yo escucharé a la brisa que me trae,
todos los mensajes tuyos.
Y seguiré en silencio tus pasos,
para no olvidar ninguno.
En mis recuerdos volveré yo a vivir
esos muchos momentos 
que aquellos días felices
todos juntos compartimos.

Recuerda tú cielo mío, 
que aunque tú has partidos. 
Siempre, siempre tú estarás 
conmigo y yo contigo.

Te quiero cariño mío. 

No hay comentarios: