7 feb 2009

ERMITAS


Esta temporada de senderismo mi amigo Lorenzo me propuso que visitáramos cada una de las ermitas de Zeanuri y Dima en Vizcaya. En Zeanuri existen 20 ermitas y en Dima 14. que yo conozca. La verdad es que por varias razones Lorenzo y yo las hemos visitado al menos dos veces. Casi todas ellas se encuentran en buen estado de conservación, casi todas son bonitas y se encuentran en unos parajes naturales muy hermosos, en muchas de ellas sus altares están vacios, bien porque han robado sus imágenes o bien en prevención de que las roben. Pero todas, casi todas, se encuentran solas, muy solas salvo en los días en que se festeja el santo que en ellas se debiera venerar y del que reciben el nombre. Hoy 7 de febrero en esta tarde tan desapacible, después de haber realizado un gran recorrido entre la nieve y el agua de senderismo con Lorenzo, he pensado en cada una de las ermitas que hemos recorrido y de estos pensamientos han surgidos estos humildes. Digamos versos por llamarlos de alguna manera. Dedicados a Lorenzo que me propuso visitarlas y de esto no estoy nada, pero que nada arrepentido. Seguiremos visitando más ermitas, quizás hasta que sepamos donde están cada una de las muchas que pueblan, cimas y bosque de Vizcaya. Según el Nomenclátor de las ermitas de Vizcaya del 5 de marzo de 2007 existen en Vizcaya 444 ermitas.
Ermita de San Adrian (Zeanuri. Vizcaya)
Ermita de San Juan. (Oba. Vizcaya)
LAS SOLITARIAS ERMITAS

Perdidas entre los bosques
recostadas en las laderas,
de las solitarias cimas
de cordales de las sierras.
Son: las ermitas cimeras.
 

¿Quién pensó?
Que para estar cerca de Dios.
Para que Él;
nuestras oraciones oyera,
hay que subir a un monte
y construirle una iglesia.

Solas, muy solas se encuentran.
siempre están solitarias
y vacíos sus altares
sin santos que se veneran
y sus aras revestidos por el polvo
y sus ventanas abiertas
para que entren los búhos
y las lechuzas en ellas; duerman.


En un recodo del camino,
en lo profundo de un bosque,
en la cima de una sierra,
donde los vientos se esconden,
y donde moran las nieblas,
donde las nubes se unen
para crear las tormentas.
Solas están las ermitas,
vacías, desiertas, yertas...

Sus campanillas de bronce
mudas están. Calladas ellas.
Sus miembros están muy quietos,
sus cuerdas lacias y yertas
no tienen a quien llamar.
Hoy; no es un día de fiesta.

Solitaria está la ermita
en aquel claro del bosque
dialogando con las flores
admirando las abejas.

En los claros de los montes,
en el recodo de un camino
que a ningún lugar nos lleva.
En las cimas de los montes
donde los silencios moran,
está la ermita muy sola.

Ocupan antiguos aras
de otros dioses, viejos dioses,
que al nuestro precedieran.

Si Dios está en todas partes,
en cada lugar de la tierra,
por qué hay que edificar
en los bosques las iglesias.

En el silencio vive Dios
y en el ruido de la tierra,
en la soledad del bosque,
en el cantar del arroyo,
entre la lluvia y la niebla.
Dios está en todas partes;
en todos y en cada uno
de los seres de la Tierra.
Por ello no levantemos
en los montes más iglesias.

Que para adorar a Dios
no es necesario ni ermitas
ni templos hechos de oro
soportados por las piedras,
ni tan siquiera humildes
y solitarias ermitas,
ni suntuosas iglesias.
Solo hay que saberlo ver
para descubrir su obra.
Y su obra, son los seres,
son los bosques, las montañas,
son los ríos y arroyuelos,
son las piedras...

No edifiquemos;
en los montes
ni en los bosque
más ermitas;
para dejarlas tan solas.
Ermita de Santa Marina (Bargondia Dima . Vizcaya)

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