MELANCOLIA DEL RECUERDO

 

 RECORDAD.

No me recéis, no vengáis a mi tumba a orar, 

no lloréis por mí una lágrima más. 

Yo, solamente me fui a otro lugar 

y aunque no me veáis yo estoy con vosotros 

y os acompaño en cada paso que dais, 

en cada camino que juntos holláis, 

en cada lugar donde descansáis, 

e incluso degusto el trago de vino

que vos degustáis.

Os he visto en la oscuridad, 

a vosotros muy quedos llegar, 

a escondida venir uno a uno a rezar.

No es bueno llorar y añorar, es mejor,

soñar y recordar.

Si sabéis que me fui para no volver más

y que nunca jamás nada será igual, 

por ello os quiero decir, 

que no quiero que nada ni nadie tenga,

que por mí volver a llorar.

Que mañana cuando despertéis 

y veáis que yo ya no estoy, 

no tengáis miedo, que no pasa nada 

que la vida sigue igual y, como si nada, 

que los días empiezan con otra mañana 

y terminan cuando el sol se marcha.

Recordar, que recordar es vivir 

de nuevo el tiempo pasado, 

los días vividos, los sueños soñados. 

Si recordáis nunca jamás envejeceremos

y estaremos juntos en cada recuerdo 

y volveremos andar los caminos 

que juntos muy juntos hemos caminado,

los días vividos, los ratos pasados.

No lloréis por mí y seguir soñando 

y recordad, que recordar es vivir 

los tiempos que ya se marcharon

que recordar es volver a andar 

los pasos ya dados y casi olvidados.

Y si un día muy tristes estáis 

y pensáis que os he abandonado, 

recordar que me fui solamente,

que me fui no muy lejos, 

me fui. Yo me fui, aquí al lado.

No lloréis por mí, 

y recordad los ratos que juntos pasamos, 

que recordad es volver a vivir 

y recordar es vivir de nuevo.

Recordar es; vivir soñando.