LA GAVIOTA RETORNO DE
NUEVO.
Sobre el acantilado en una roca posada
yo creo que vi mi
gaviota amada,
miraba ella con sus
ojos tristes
hacia el mar en
calma,
queriendo navegar
en sus olas lasas.
Pero un golpe de mar inesperado
la hizo volar hacia
otro lado
y yo no pude
seguirla con mi vista
ni comprobar si era
ella,
o quizás otra
gaviota parecida.
La tarde ya caía y
el sol
se escondía tras
las montañas
y yo sin ver a mi
amada alada padecía.
De nuevo volví a mi playa al día siguiente
y observe una a una
sus congéneres
más yo no pude
hallar a mi linda gaviota,
aquella que voló
una mañana
y me dejo dolor en
mi corazón
y pena en mi alma.
Fijo mi vista en el vasto horizonte,
observo los
mástiles de las velas
que recorren mi mar
y en su mar vuelan,
miro entre las
espuma de las olas
por ver si veo su
linda silueta
subir y bajar sobre
las crestas
de esas olas que
vienen a mi playa
y que regresan.
Los días pasan y con ellos
se marcha mi
esperanza
de volver a tenerla
entre mis brazos
y poder acariciar, sus
plumas blancas.
El verano se fue una mañana
y el mar de dejo de
ser un mar en calma
y en una borrasca
del otoño
cuando mi mar se
vuelve terca y brava
sobre la arena de
mi playa volví yo a encontrarla,
allí, encontré
varada en la arena
a mi gaviota con
sus alas mojadas y casi rotas,
con su corazón
desecho en mil pedazos,
por un amor que
creyó correspondido
y solo, tan solo
fue un romance de verano.
De nuevo paso conmigo el otoño,
el invierno estuvo
a mi cuidado
y cuando los campos
olieron a primavera
y pensó que cerca
está el verano,
mi gaviota amada
alzo su vuelo y se marchó
cruzando el mar
posada
en el mástil más
alto de un velero
y no volvió hacia
mí ni una vez, ni una vez más
su mirada, ni su
vuelo.
Mañana quizás, quizás mañana
yo de nuevo vuelva
a la playa
para
buscarla,
quizás la encuentre
entre las olas,
quizás, tal vez
sobre la arena
con sus plumas
mojadas.
Y estaré a un mismo tiempo
apenado y contento
a la vez.
Apenado de ver como
no aprende a conocer
a un amor, devoto y
muy sincero,
y alegre de nuevo
estaré por tenerla entre mis brazos
poder a acariciarla,
curarla sus heridas, verla sus dulces sueños.
Quizás, tal vez
mañana yo la encuentre
varada en la arena
de mi playa.
Y una vez más yo
creeré en el amor,
en la suerte y en los sueños.
1 comentario:
HOLA RODRI:
CADA GAVIOTA QUE ESCRIBES, ES MAS HERMOSA QUE LA ANTERIOR.¿CÓMO PUEDO CONTESTARTE? NO SE. ¿COMO SEGUIR TUS PASOS? ¡QUE MARAVILLOSO SER HUMANO ERES! Y COMO TE ADMIRO.
POR ALGO ERES MI POETA PREFERIDO. MAÑANA SUBIRÉ ESTA OTRA GAVIOTA A MI BLOG. SI NO TE CHOCA, Y TE LA CONTESTARÉ.
TU AMIGA, QUE TE QUIERE MUCHO,
EVA
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