14 may 2013

A LA MUERTE

DESPUÉS QUÉ...
La he visto pasar de largo sin detenerse siquiera, 
después escuche los llantos y también sentí la pena 
en una casa vecina, más era una casa ajena.
Una vez se hubo marchado, tras sí dejó un reguero 
de dolor y desespero, de una esperanza nueva, 
en la que casi no creo.
La vi pasar, más no miró hacia mí, 
será que yo no la vi o ella miró hacia otro lado. 
Más yo a ella si la vi, la vi; pasaba a mi lado.
La sentí, una y otra vez deslizarse silenciosa, 
como lo hace la mosca que se posa sobre ti 
y apenas tú si la notas si ella no se hace sentir.
Pero un día entró ella en mí casa sin llamar 
no la tuve que abrir la puerta, entro y sentó junto a mí, 
ni tan siquiera me habló, ni siquiera me nombró
y yo, yo me tuve que ir, me tuve que ir con ella.
El viaje fue muy corto y vi que yo, ya no era yo, 
solo un espíritu era, que poco a poco todo se desvanecía 
se desvanecía todo, a mí alrededor, 
y comprobé por mí mismo que era una mentira 
que otro mundo existía una vez que yo muriera.

Busqué en aquel lugar a mi madre a mi padre, 
busqué yo sin conseguirlo a un amigo o familiar 
que antes de mi él partiera, 
más nos los pude encontrar, no había nadie, 
solo existían sus recuerdos en el aire 
y el olvido que campaba, que campaba a su aire.
Llamé, llamé, corrí, corrí, busqué, busqué por cada rincón, 
Busqué, busqué yo por todas partes y entonces yo me di cuenta 
que el otro mundo que me habían prometido, 
se llamaba “Mis Recuerdo” y en él vivían para siempre 
mis padres, mis familiares, mis amigos...
Todos ellos viven y han vivido en mí desde que se fueron 
y yo no puedo ni debo de ellos jamás olvidarme,
pues es mucho lo que yo a ellos quiero.

No me olvides te lo pido, que quiero seguir viviendo 
y no morir en el olvido, el olvido del recuerdo. 
Pues si me olvidas yo muero, para siempre por los siglos, 
más si me sigues recordando encontraré el paraíso, 
donde vivir muy feliz sin tener que preocuparme. 
Si tú me recuerdas, si tú me quieres, yo viviré en el limbo 
que es el reino que a ti y mí nos prometieron.
Los recuerdos son la gloria prometida
donde viven los que se han ido y siempre se les recuerda.

Morir es morir si me olvidas, más si tú me recuerdas 
la muerte siempre es, será y está bien vencida.

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