He oído cantar despierto a los pardos ruiseñores
en la ribera de río entre mimbrales y alisos,
junto a los molinos muertos.
Molinos que ya no muelen. Molinos, mudos y quietos.
Ya no gira aquella piedra que es el imán de los sueños,
ni acompaña el trabajo
con su cantar lastimero
de los pobres labradores y de molineros quietos.
Cantar de piedras y engranes, cantar de viejos maderos
Cantar de piedras y engranes, cantar de viejos maderos
que crujen cual un quejido y que evocan los recuerdos.
El agua sigue su curso ajena a los desamores
de una linda muchacha que por ti bebe los vientos.
La tarde ya decae, el sol en el horizonte despacio se va cayendo,
los estorninos retornan a las encinas y robles
que los protege del viento de la noche y del silencio.
de una linda muchacha que por ti bebe los vientos.
La tarde ya decae, el sol en el horizonte despacio se va cayendo,
los estorninos retornan a las encinas y robles
que los protege del viento de la noche y del silencio.
El frío viento del norte se queja para sus
adentros
cuando traspasa las ramas de los álamos y robles
donde duermen los recuerdos.
Que la luna hoy no venga. ¡Madre!
Que no venga hoy la luna que no la quiero yo ver.
Que no quiero que me muestre
sus ojos de picarona, ni su sonrisa indolente.
Que quiero salir de noche y que la noche me encuentre
Que la luna hoy no venga. ¡Madre!
Que no venga hoy la luna que no la quiero yo ver.
Que no quiero que me muestre
sus ojos de picarona, ni su sonrisa indolente.
Que quiero salir de noche y que la noche me encuentre
bajo la luz de una farola mientras espero y viene.
Luz de la luna tiene, tiene una mirada muy ardiente.
He oído cantar despierto el canto de las alondras
en los páramos abiertos y el susurrar de los vientos
He oído cantar despierto el canto de las alondras
en los páramos abiertos y el susurrar de los vientos
tocando el arpa del tiempo
entre las desnudas ramas
de un olmo de la ribera que está soñando despierto
a que
llegue una nueva primavera.
El olmo viejo, sueña con su enamorada, la primavera tarda,
El olmo viejo, sueña con su enamorada, la primavera tarda,
que llega siempre a
destiempo.
El jilguero ya ha colgado su nido entre los
brotes más tiernos
de aquel florido almendro que no espero primaveras
por llegar siempre a destiempo.
He oído cantar despierto el canto de un jilguero
entre la flor del almendro, canta a su amada
He oído cantar despierto el canto de un jilguero
entre la flor del almendro, canta a su amada
que está postrada en el nido incubando
su nidada.
Un molino en la ribera que su piedra está muda,
mimbres y alisos, choperas, densa espesuras
Un molino en la ribera que su piedra está muda,
mimbres y alisos, choperas, densa espesuras
en la ribera, donde el ruiseñor
ajeno cuelga su nido,
en las encinas y robles los hacen los estorninos.
en las encinas y robles los hacen los estorninos.
La luna salió esta noche y espió algún te
quiero,
los páramos y los barbechos se quedaron solitarios,
los páramos y los barbechos se quedaron solitarios,
pues las alondras se fueron
de los páramos aislados.
La primavera llegó tarde, tarde como siempre;
La primavera llegó tarde, tarde como siempre;
llegó, muy a destiempo, los ruiseñores
volaron,
los almendros floreciendo y la luna vigilando enamorados.
Primaveras tardas que llegan casi siempre a
destiempo,
más no para enamorados.
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