YO HE VISTO LA VIDA EN LA VIDA.
He visto cielos azules entre las nubes muy
negras
y en las lagunas tranquilas reflejarse las cigüeñas.
He visto a las calandrias hacer nidos junto a retamas
inhiestas
y a los negros estorninos oí silbar en las
dehesas.
Yo he visto al sol caminar toda una jornada
entera
y a la luna en las noches hacer la ronda de vela
por las calles y las plazas, los jardines y las
riberas
por los campos en silencio y las sierras, altas, serias.
Y vi; a la luna esa madre tan celosa velar
a las mozas, en los quicios de sus puertas.
Ellas hablaban de amor con los jóvenes galanes
que ellas las requiebra.
He visto nacer la vida en nuestra estancia
pequeña
y la vida se quedó con nos,
durmiente en la canastilla aquella.
Esa cuna que adornaste con lazos y linda telas,
con cariño y la esperanza de ver la cuna completa.
He visto las primaveras floridas
que llegan cuando nunca se las esperas
y al bochornoso verano dejar las tierras;
agrietadas, áridas, resecas.
Yo he visto lindos otoños melancólicos y poéticos,
en ellos; las arbóreas visten sus galas bordadas con
oros viejos
la brisa juega con sus ropas nuevas y las lleva,
desde los solios más altos a la humildad de la
tierra.
Esos otoños serenos, tristes y mohínos
en los que la vida se queda prendida de un
suspiro
y el tiempo juega con ella.
He vivido yo inviernos de nieblas densas
perpetuas,
de lluvias casi perennes, fríos que todo congela
nieves que cambia la lúgubre cara del pecado
por el albor de la pureza.
Inviernos, en que los campos están,
en permanente pereza y las cimas de los montes
cambian sus pardas capas por la blancura que ciega.
He visto yo a la vida, que sin que nos demos
cuenta
va agotando el crédito de ese tiempo que nos prestan.
La vida es; Una hipoteca que al nacer nos la
conceden
y la vamos devolviendo cada día sin que nos demos ni
cuentan
y sin poderlo evitar, el crédito se nos agota,
no pudiendo renegociarla ni tampoco renovarla
cuando la fecha de devolverla nos llega.
Yo he visto en la vida, a la vida florecer,
como la vida madura y disfruta de su ser,
como se va marchitando con nobleza y propiedad
y un día sin esperarlo esa vida se nos va
y sin poder remediarlo la vida, esa vida,
ha llegado a su final.
Y nunca, nunca estaremos preparado para ello,
aunque tenemos muy claro que la vida que nos dan,
es solo, tan solo un préstamo que debemos devolver
y lo haremos en su tiempo.
He visto yo a la vida como poco a poco,
muy callada y en silencio ella se va alejando
se va, sin decir adiós,
sin que nos demos ni cuenta la vida nuestra acabo.
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