12 mar 2015

VI LA VIDA

YO HE VISTO LA VIDA EN LA VIDA.
He visto cielos azules entre las nubes muy negras 
y en las lagunas tranquilas reflejarse las cigüeñas.
He visto a las calandrias hacer nidos junto a retamas inhiestas 
y a los negros estorninos oí silbar en las dehesas.

Yo he visto al sol caminar toda una jornada entera 
y a la luna en las noches hacer la ronda de vela 
por las calles y las plazas, los jardines y las riberas 
por los campos en silencio y las sierras, altas, serias. 
Y vi; a la luna esa madre tan celosa velar 
a las mozas, en los quicios de sus puertas.
Ellas hablaban de amor con los jóvenes galanes
que ellas las requiebra.

He visto nacer la vida en nuestra estancia pequeña 
y la vida se quedó con nos, 
durmiente en la canastilla aquella.
Esa cuna que adornaste con lazos y linda telas,
con cariño y la esperanza de ver la cuna completa.

He visto las primaveras floridas
que llegan cuando nunca se las esperas
y al bochornoso verano dejar las tierras; 
agrietadas, áridas, resecas.

Yo he visto lindos otoños melancólicos y poéticos,
en ellos; las arbóreas visten sus galas bordadas con oros viejos
la brisa juega con sus ropas nuevas y las lleva,
desde los solios más altos a la humildad de la tierra.
Esos otoños serenos, tristes y mohínos
en los que la vida se queda prendida de un suspiro 
y el tiempo juega con ella.

He vivido yo inviernos de nieblas densas perpetuas, 
de lluvias casi perennes, fríos que todo congela 
nieves que cambia la lúgubre cara del pecado 
por el albor de la pureza.
Inviernos, en que los campos están, 
en permanente pereza y las cimas de los montes 
cambian sus pardas capas por la blancura que ciega.

He visto yo a la vida, que sin que nos demos cuenta 
va agotando el crédito de ese tiempo que nos prestan.

La vida es; Una hipoteca que al nacer nos la conceden 
y la vamos devolviendo cada día sin que nos demos ni cuentan 
y sin poderlo evitar, el crédito se nos agota, 
no pudiendo renegociarla ni tampoco renovarla 
cuando la fecha de devolverla nos llega. 

Yo he visto en la vida, a la vida florecer, 
como la vida madura y disfruta de su ser, 
como se va marchitando con nobleza y propiedad
y un día sin esperarlo esa vida se nos va
y sin poder remediarlo la vida, esa vida,
ha llegado a su final.
Y nunca, nunca estaremos preparado para ello,
aunque tenemos muy claro que la vida que nos dan,
es solo, tan solo un préstamo que debemos devolver 
y lo haremos en su tiempo.

He visto yo a la vida como poco a poco, 
muy callada y en silencio ella se va alejando 
se va, sin decir adiós, 
sin que nos demos ni cuenta la vida nuestra acabo.

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