2 may 2015

MI CASA

RECUERDOS EVOCADOS.
Retorné a la casa que tantos recuerdos 
en mí evocaba.
Aquella casa, mi hogar de la infancia,
donde yo pasé de mi vida, 
su primera etapa.

Me acerque a mi casa, a la casa aquella 
en que siendo niño yo en ella jugaba.
Y sin pretenderlo recorrí sus estancias, 
lo hice, como un autómata. 
Olía a humedad, el polvo en ella reinaba,
y en techos y rincones reinan telarañas.

En aquel silencio que en ella reinaba,
yo feliz estaba, la veía limpia y muy ordenada,
tal y como en mi mente estaba.
En esa armonía que en mi encontraba 
soñé que escuchaba, la voz de mi madre 
que alegre cantaba.

Y pase horas sentado en su habitación 
viendo como el polvo ajeno jugaba.
El polvo volaba sobre un haz de luz 
que en la habitación sin quererlo entraba. 
Se me fue el tiempo escuchando 
en mi interior su alegre voz, 
viendo yo su cara y sonrisa clara.

Cuando desperté de aquel sueño lindo 
que nunca yo jamás soñará, 
entré en la cocina de mi vieja casa 
y en ella olí, olía a sus guisos que tanto me gustaba, 
que tanto añoraba y jamás desde que ella se fuera
jamás yo probara.

Contemple aquel fuego que un día 
hace mucho tiempo con ella se apagara, 
aquel fuego bajo sobre aquella lancha 
que aún ardía mientras que mi madre 
en él cocinaba, en la mente mía. 

Desperté del sueño y el fuego apagado estaba, 
todos los enseres estaban ordenados 
en sus alacenas, en sus amplias baldas,
cubiertos de polvo y con telarañas.

Me encontré volviendo a la realidad, 
que tiene mi casa.
La casa paterna donde yo nací, donde yo jugué 
y pasando el tiempo crecí y dejé mi infancia.
Un día que ya no recuerdo yo la abandoné 
y solo, tan solo volví yo a ella para recoger
los últimos suspiros de aquellos padres buenos 
que tanto yo ame y nunca olvidé.

Cerré de nuevo las puertas y tras ellas dejé 
recuerdos de niño y felices tiempos
que nunca, que nunca jamás olvidaré.
Yo miré hacia atrás para ver la casa
que tantos recuerdos en mí evocaba 
y vi a mi madre decirme adiós desde su ventana.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Hola querido amigo:

Muy hermosos tus recuerdos de niño. Hace relativamente poco yo, también me despedí definitivamente de mi casa paterna y es duro.

Tu lo soñaste, yo lo viví y duele.

Muy hermosa como siempre,

Un abrazo de tu amiga, Eva