EL CAMINO DE MI VIDA.
Caminé por mi camino, ese camino
que me lleva hacia el horizonte final,
mas mi camino tan solo, solo camina
y por la vida él va, sin grandes pretensiones,
sin metas que superar, sin ambiciones terrenas,
ni amigos con los que poder charlar.
Mi camino es un poco anodino y él se deja llevar.
El camino de mi vida va por desiertos perdidos,
por sabanas de alta hierbas, por las tundras
donde habitan y reinan los fríos.
El camino de mi vida cruzó hace tiempo
aquellos valles tan hermosos y tan floridos
y atravesó los arroyos que un día se hicieron ríos,
y el niño se hizo hombre y su inocencia perdió.
Y el camino de mi vida cruzó por bosques
tan insondables y tupidos que el sol no puede
entrar,
cruzó por los solitarios páramos a los que azotan los
vientos
que en el Norte nacen y aquí vienen a holgar..
En los glaciales perpetuos, que caminan tan
despacio
mi camino que no es eterno a él acomodo su paso,
y caminó tan despacio, que apenas si se movía,
mi vida era perfecta, del glaciar sentía envidia.
Y en los profundos barrancos y en las grandes
hondonadas
que un día abrieron los ríos que más tarde se
secaran,
en la hoces de los cauces mi camino se ha
perdido
se quedó embelesado contemplando, lo hermoso y lo
divino.
Se quedó el camino hablando, con las chovas y los
mirlos,
con las rapaces diurnas que en las enormes
paredes
han escondido sus nidos de las curiosas miradas.
Y yo me quedo esperando a que vuelva mi camino,
el camino de mi vida se quedó ensimismado
contemplando otras vidas, que por su lado pasaban.
Espero un día encontrarlo para juntos seguir
andando,
caminando por desiertos, por glaciales y por páramos.
Los valles quedan muy lejos, ya no puedo
contemplarlos,
pero hay desiertos y tundras, páramos y desolados
campos,
cárcavas y barrancos que conservan en soledad su
belleza
y conservan el encanto para seguir caminando a su
lado.
Si caminando, lo que a mi vida le resta.
1 comentario:
Querido amigo:
¿Estas triste? ¡No! La vida solo se vive una vez y nada más. Se amigo de tu tristeza, de tu melancolía, de tus pesares, para poderlos derrotar.
Mira cada amanecer con alegría y grítale al mundo: ¡Estoy vivo! Y sueña… Siempre sueña…
Cada amanecer es un principio… es un nacer y cada noche, debemos sonreír con todo lo alcanzado y con la felicidad de sentirnos vivos.
Siempre debemos soñar. Sueña… Siempre sueña… querido amigo.
Un gran abrazo, tu amiga Eva
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