3 sept 2015

AL ROBLE VIEJO...

 
...DE HOJAS YA DESNUDO.

A veces ufano y bien vestido,
pareces un galán en una fiesta,
a veces estás casi desnudo, desvalido y vencido,
pareces un indigente que pide en las puertas.
Bajo tus ramas di, mi primer beso y temblé
cual las hojas que mueve el viento.

En él tuvieron sus nidos el águila real,
también una pareja de zancudas cigüeñas,
en él tiene aún su guarida la fina sanguinaria
y hábil comadreja.

En él canta alegre de noche el ruiseñor
y trina en las mañanas el jilguero cantor
que da la bienvenida recibiendo al sol
que está amaneciendo y que trae el calor.
En él, el negro mirlo plagia con tino al ruiseñor,
y es el posadero del torcaz y el azor.
En una de sus ramas que del tronco nació
tienen su percha el búho aventurero
el mochuelo fisgón.

En la esquina del prado detrás de mi hogar
tiene el viejo roble su sitio y lugar,
da sombra al ganado en el tórrido estilo,
soporta como tal, el viento frío y fino,
la lluvia que en otoño cae fija e impenitente,
las nieves de invierno que son tan inclementes.

Sus brazos ya desnudos el invierno soporta
y cuando calma el frío en las ramas se nota
que vuelve a él la vida y de las misma brota
la sabia de la vida que son las verdes hojas.

El roble viejo que planto el abuelo de mi abuelo,
que creció con sus hijos, sus nietos y biznietos
y en él jugaron todos cuando zagales fueron,
en él yo me subía para robar los nidos
que en sus ramas había con huevos o polluelos.

Hoy soy yo tan viejo que apenas si te veo,
pero tu mi viejo roble, al que yo aún recuerdo
con su tronco tan fuerte, tan fuerte y tan recio,
sus ramas hacia el cielo de fuerte color verde,
su piel suave y tersa y arrugada su frente.

En ti mi roble viejo los años han dejado
huellas y amuletos de tiempos ya pasados.
Tu tronco carcomido, hueco desvencijado,
tus ramas ralas escasas de hojas y pezones
tu tronco se viste de musgo y de líquenes.
En nuevas primaveras aún crece en ti renuevos
que llegan al verano y mueren en el intento.

Mañana cuando yo muera dejo yo testamento
y este es mi deseo
que a tu sombra me entierren y estemos juntos ambos
hasta el fin de los tiempos.
en los tiempos.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Querido amigo:

Es hermosa la manera nostálgica en que describes la vida del viejo roble.

El despedir, día a día, un poco de nuestra vida, o de los seres que amamos, o los paisajes que siempre, nos han acompañado, nos hace sentir así. "Nostálgicos"

Es natural. Todos los días renunciamos a algo y solo nos quedan los recuerdos amables y la tranquilidad de haber vivido cada etapa de nuestra vida, sanamente, serenamente, y que, en esta etapa, que ahora, estamos viviendo, podemos suspirar tranquilos y mirar al mundo de frente, sin remordimientos, sin culpas de ninguna clase y sentirnos bien, muy bien, con nosotros mismos.

Querido amigo, siempre aprendo algo de ti. Gracias por existir, Un gran abrazo Eva