...DE HOJAS
YA DESNUDO.
A veces
ufano y bien vestido,
pareces un
galán en una fiesta,
a veces
estás casi desnudo, desvalido y vencido,
pareces un
indigente que pide en las puertas.
Bajo tus
ramas di, mi primer beso y temblé
cual las
hojas que mueve el viento.
En él
tuvieron sus nidos el águila real,
también una
pareja de zancudas cigüeñas,
en él tiene
aún su guarida la fina sanguinaria
y hábil
comadreja.
En él canta
alegre de noche el ruiseñor
y trina en
las mañanas el jilguero cantor
que da la
bienvenida recibiendo al sol
que está
amaneciendo y que trae el calor.
En él, el
negro mirlo plagia con tino al ruiseñor,
y es el posadero del torcaz y el
azor.
En una de
sus ramas que del tronco nació
tienen su
percha el búho aventurero
el mochuelo
fisgón.
En la
esquina del prado detrás de mi hogar
tiene el
viejo roble su sitio y lugar,
da sombra al
ganado en el tórrido estilo,
soporta como
tal, el viento frío y fino,
la lluvia
que en otoño cae fija e impenitente,
las nieves
de invierno que son tan inclementes.
Sus brazos
ya desnudos el invierno soporta
y cuando
calma el frío en las ramas se nota
que vuelve a
él la vida y de las misma brota
la sabia de
la vida que son las verdes hojas.
El roble
viejo que planto el abuelo de mi abuelo,
que creció
con sus hijos, sus nietos y biznietos
y en él
jugaron todos cuando zagales fueron,
en él yo me
subía para robar los nidos
que en sus
ramas había con huevos o polluelos.
Hoy soy yo
tan viejo que apenas si te veo,
pero tu mi
viejo roble, al que yo aún recuerdo
con su
tronco tan fuerte, tan fuerte y tan recio,
sus ramas
hacia el cielo de fuerte color verde,
su piel
suave y tersa y arrugada su frente.
En ti mi
roble viejo los años han dejado
huellas y
amuletos de tiempos ya pasados.
Tu tronco
carcomido, hueco desvencijado,
tus ramas
ralas escasas de hojas y pezones
tu tronco se
viste de musgo y de líquenes.
En nuevas primaveras
aún crece en ti renuevos
que llegan
al verano y mueren en el intento.
Mañana
cuando yo muera dejo yo testamento
y este es mi
deseo
que a tu
sombra me entierren y estemos juntos ambos
hasta el fin
de los tiempos.
en los
tiempos.
1 comentario:
Querido amigo:
Es hermosa la manera nostálgica en que describes la vida del viejo roble.
El despedir, día a día, un poco de nuestra vida, o de los seres que amamos, o los paisajes que siempre, nos han acompañado, nos hace sentir así. "Nostálgicos"
Es natural. Todos los días renunciamos a algo y solo nos quedan los recuerdos amables y la tranquilidad de haber vivido cada etapa de nuestra vida, sanamente, serenamente, y que, en esta etapa, que ahora, estamos viviendo, podemos suspirar tranquilos y mirar al mundo de frente, sin remordimientos, sin culpas de ninguna clase y sentirnos bien, muy bien, con nosotros mismos.
Querido amigo, siempre aprendo algo de ti. Gracias por existir, Un gran abrazo Eva
Publicar un comentario