Te busqué en
cada recodo del sendero
que sube hacia
el monte.
Busqué tu
sombra, busqué tu porte,
mas no te
hallé, no pude verte.
Yo intenté mí
amor, subir,
más rápido,
subir más fuerte,
para alcanzarte
y poder verte,
poder hablarte
y abrazarte
si tú lo
quieres. Sí, si tú lo quieres.
Pero mis pies
cansados y abotargados
no; no quisieron obedecerme.
no; no quisieron obedecerme.
Este camino que
al monte sube
y se divierte.
Este sendero,
sendero verde,
danza pegado
con la ladera
a quien
pertenece
y sube y baja y
sale y entra.
y no se separa
de la ladera
por no perderse.
Y yo, sigo
subiendo, más yo no,
no logro verte.
Al camino yo le
pregunté por ti,
¿Si podría
verte?
Mas él no me
respondido.
De ti, nada me
dijo.
De ti, nada me
habló.
A la fuente de
agua fresca,
que corre clara y
alegre.
A aquella
fuente, en la que tú y yo
aplacamos
mil, mil veces
nuestra sed
ardiente,
yo la pregunté.
yo la pregunté.
La pregunté por
ti mi amor
y no me
respondió, no me dijo,
nada de ti.
Aquella fuente.
Aquella fuente.
A la sombra de
aquel viejo,
tan viejo
roble
que tú mí amor
tan bien conoces.
Ese viejo roble
que tanto sabe
de nuestros
amores,
de nuestras
caricias, de nuestros besos,
de nuestros sueños, nuestras pasiones.
de nuestros sueños, nuestras pasiones.
A ese roble
viejo yo le pregunté,
por ti mí amor.
Y el viejo
roble no me dijo nada,
no se dignó a responderme.
Cansado,
abatido, casi rendido
bajo del
monte por el camino
que bien
conoces,
miro a lo
lejos, al horizonte
pretendo verte
pretendo verte
ver yo tu
sombra, tal vez tu porte,
tal vez tu
cuerpo, tal vez tan solo,
tan solo, yo quiero verte.
Llegó la noche y en ella se hacen presentes,
estrellas, luna y luceros y quiero verte.
estrellas, luna y luceros y quiero verte.
Mis pasos
siguen aquel sendero
soñando verte.
Yo le pregunto a
la luna, a las estrellas,
a los luceros. Y,
nadie, nadie responde.
1 comentario:
Querido amigo:
Buscaste a tu amor y el campo, en la montaña le preguntaste, al roble, a la quebrada, al sendero.Subes y bajas. Llega la noche y sigues buscando, en las estrellas en los luceros.
Interrogas a la luna, pero no te dice nada. Estas cansado de buscar su sombra, en la mañana, en la tarde, pero no la vez.
Pero no te has dado cuenta que tu amor esta…está en tu corazón, en tu alma. En cada uno de tus suspiros, en la quietud y el silencio del sendero que caminas. Está en tu pensamiento y en cada letra que escribes. Búscalo dentro de ti y encontrarás ese amor. Y ya no buscaras sombras.
Cierra, los ojos y ella, estará allí. Dentro de tu corazón de tus sueños y talvez, muy dentro de tu imaginación o puede ser también, una linda realidad.
Un abrazo de tu amiga de siempre Eva
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