...PREGUNTO.
Escuché en el silencio de la noche
tu llanto quedo
que en el vacío repetía el
triste eco.
Un profundo suspiro rompió el
silencio
del dormitorio oscuro cegado y negro.
Rompió el silencio de la noche
oscura,
de un crudo enero.
Una noche de lluvia, de lluvia y
perros,
una noche en que lloran las canales
bailan las arboledas, grita el
viento
y las nubes galopan corceles negros.
Caballos desbocados surcan los
cielos
y entre un claro de nube se vio un
lucero.
Un lucero errante, un
lucero huérfano
que vaga por el cielo sin rumbo cierto.
Me despertó tu llanto y desveló mi
sueño
un suspiro profundo que te salió del
alma,
un quejido agudo que sonó a muerte,
y aquel que lo oye su alma
encoge.
Un suspiro que surgió de lo más
profundo
de tu corazón herido y del abismo.
Te contemplo en silencio
y en el silencio mudo siento tu pena
en mi corazón. Siento tu duelo,
siento tu desesperanza y desconsuelo.
Tan solo te miro y te contemplo
tu dormir intranquilo, tu sueño inquieto.
Yo en el silencio, te miro y te
miro,
velo tus sueños y cuando el sol me
dice
yo te despierto.
Mañana jamás te pregunto, por tus
desvelos,
por tu llanto callado, por tus profundos
suspiros
ni por tus sueños.
Calló y espero a que un día tú me
cuentes
tus penas, suspiros e
inquietos sueños.
Nunca pregunto por qué esos llantos,
esos llantos nocturnos disimulados,
que yo, noche tras noche, solo yo
escucho.
Nunca pregunto, quien es el dueño
de tus llantos nocturnos y tan profundos.
Y en las mañanas,
siempre te observo con disimulo
y descubro en tus ojos negros,
profundos
el dolor y la pena que te corroe.
Mas no pregunto..
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