17 abr 2016

NO ME DIGAS ADIÓS...


... AÚN NO ME HE IDO.
No me digas adiós, 
que aún no me he ido.
Soy yo, como el aire sutil y frío.
Soy tan etéreo, tan tenue soy 
que puedo estar junto a ti
y tú mirarme sin verme a mí.
Sin poder verme, verme tú a mí.

Soy ese rayo que el cielo corta, 
soy yo esa luz que él refleja,
él es tan rápido que nunca deja, 
nunca deja la menor huella
de tras de sí.

Soy el trueno de la tormenta 
que después del rayo él se presenta, 
no se le ve, pero está cerca.

No me digas adiós 
que aún no me he ido, 
tan solo me aleje de ti 
para el olvido. 
Para que fueses, para que 
fueses tú muy feliz.

La noche cayó sobre nosotros, 
cayó la tarde.
La tarde gris 
de una primavera que aún espera
que un día cercano regrese a ti.

Una primavera que llega tarde 
que se demora, 
que está un tiempo y después se aleja 
y no se acuerda jamás de ti.

Tú la llamaste, tú la dijiste 
que se acercase, que ella viniese. 
Yo la buscaba, mas no la vi.

Aunque tú creas que yo me he ido, 
que me alejado mucho de ti.
Mirando al frente, quizás tú puedas, 
tú puedas verme, como te veo, 
te veo yo a ti.

Quizás tú puedas, puedas hablarme 
yo estaré siempre, cerca de ti.

Si miras, miras al frente 
yo estaré siempre, 
siempre ahí.

No me arrepiento de haberme ido, 
yo no lamento el alejarme lejos de ti. 
Soy, como el viento quiero ser libre, 
sí; hoy soy más libre, mucho más libre 
y más feliz.

Si tú quisieras, quisieras verme, 
solo tendrías que mirar al frente. 
Ten por seguro, que estoy ahí.

No llores, no tengas penas, 
no te desesperes porque me fui, 
estaba cansado de estar sentado, 
mirando siempre, siempre hacia ti.

Amor mío, no, no sufras tú, 
no sufras tú jamás por mí. 
Aunque este lejos, lejos muy lejos 
yo te quiero y te querré tan solo
y siempre, siempre a ti.

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