Pretendí yo escribirte
una misiva serena,
que te hablase de mi amor
de mis ilusiones sinceras,
de mis proyectos de vida,
de una vida
junto a ti,
una vida casi eterna.
Pretendí yo escribirte
una carta,
de felicidad repleta.
Me puse ante el escritorio,
con la
decisión certera
de decirte que te quiero,
de decirte que mi vida
no es vida, si tú
junto a mí no estuvieras.
Mi mano derecha tiembla,
mi corazón en
un puño,
y el papel de escribir
se rompe cuando yo escribo.
Una vez y otra vez,
intento yo escribirte,
y escribirte y no puedo.
En ese intento yo muero,
y escribirte para mí,
fue para mí imposible.
Intente yo a ti decirte
de palabra y a
solas,
cuanto te quiero amor mío,
cuan tan
largas son las horas
que yo no paso contigo.
Es mi corazón quien habla,
quien me
grita al oído
que te diga a ti palabras
que en él tengo yo escondido,
para decirte, decirte
cuando estemos muy juntos.
Más mi voz esta silenciada,
mis palabras nunca salen
y aunque yo
te quiero hablar
y decirte los que siento, no,
no, nunca puedo articularlas.
Es tanto lo que te quiero
que con tu sola presencia
me siento yo en el cielo
y no quiero o yo no puedo,
decirte lo
que me cuesta,
decirte cuanto te quiero
cuando estoy
en tu presencia.
Han pasado muchos años,
muchos
viviendo en común
Fuimos, fuimos muy felices
y tú te
tuviste que ir
porque la vida es efímera.
Te fuiste y me dejaste muy solo,
muy
solo al alejarte de mí.
Hoy yo puedo recordarte,
recordarte y
recordar
lo que viví junto a ti.
Hoy me siento en mi escritorio
y sí,
si hoy te puedo yo escribir.
Escribirte lo que yo te he amado,
y lo mucho,
lo mucho; que contigo fui feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario