MIS SENDAS AÑORADAS.
Hoy
estoy de nuevo en casa
y
de nuevo mi rutina
en
sus redes ella me atrapa.
Hoy
de nuevo salí al campo
por
las sendas antes andadas
y
contemplé los colores
de
los árboles en sus hojas
enramadas.
Y
vi el roció en la hierba
y
en las lindas telarañas
que
a la vera del sendero
se
encuentran estampadas.
Que
trabajo tan perfecto,
que
simetría trazada
no
necesitan las arañas
ni
planos, ni compás, ni reglas,
ni
tampoco usan ellas
cartabones
ni escuadras.
Qué
bonitos están mis campos
que
alegres las faldas
de
mis montañas
con
sus colores de otoño,
rojizos,
verdes y gualdas.
Y
en esos valles profundos
se
despierta en las mañanas
esas
brumas perezosas
que
solo el sol las levanta.
Ya
se ve en las montañas
las
primeras nieves blancas.
Como
cantan los arroyos
que
ayer silenciosos estaban
y
escuché a un ruiseñor
que
le cantaba al alba
y
en los claros más profundos
del
bosque los urogallos cantan
mientras
los ciervos más fuertes
desafían
con su brama.
Cada
una de esas estampas
me
han colmado; de felicidad
y
nostalgias.
El
otoño ya está aquí en su casa,
en
mi casa.
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