27 ene 2017
UN SENDERO QUE ME ACERCA HASTA EL CIELO...
...Y ME ALEJA DE LA MAR.
Dicen que en lo alto de las montañas
se escucha reír al viento
también los tristes lamentos
de las nubes al pasar.
Por eso los montañeros
no quieren,
de las montañas bajar
y andar por el llano suelo
que encuentran junto al mar.
Un camino de revueltas
que se adapta a los recodos
a los polvos y a los lodos
y las piedras en su rodar.
Un sendero que camina
bajo sombras de encinas,
y de los robustos albortos
de los pinos que se empina
buscando el cielo que miran
solo con la vista alzar.
Un sendero tortuoso
que escucha el cantar meloso
del muy cercano arroyo
que junto a él va
caminando hacia el mar.
Un arroyo,
que a su lado se suicida
buscando el río del valle
al perder su identidad.
Un camino muy empinado
tortuoso y horadado
que me lleva a lo más alto,
lo más cercano del cielo
que yo he podido soñar.
Desde donde contemplar puedo
el majestuoso vuelo,
de las águilas real.
Vuelan más abajo y más cerca
de lo que pude soñar.
Tengo tan cerca las nubes
que las puedo yo tocar.
Mi sendero tortuoso
que me acerca hasta el cielo
y me aleja de la mar.
Mi sendero que me lleva
de la mar a lo más cerca
del cielo de lo que pude soñar.
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