13 nov 2017

Y DE NUEVO VOLVIÓ...



 ...A LLAMAR A MI VENTANA. (PERO YO NO ESTABA)
Hoy yo escuchaba
desde el silencio que tiene 
mi alcoba
tumbado en mi cama.
Escuchaba la lluvia y el viento 
golpear monótonamente sobre 
mi ventana.
El otoño, poco a poco se aleja
y busca la triste nostalgia que
trae el invierno 
a las solitarias playas.

En mi cama dormía y soñaba
en un duermevela
que trae las mañanas de otoño, 
cuando la noche acaba.

La lluvia cesó, el viento se calma,
traté de dormir y volver a soñar 
el sueño que a mí me gustaba.

Dormía, velaba, pensaba, soñaba...

Oí unos golpes en mi ventana, 
escuche atentó, el viento en calma, 
las lluvias en las nubes 
están encerradas.
Las nubes calladas ya se alejaban.
Oí, que de nuevo llamaban.

Abrí la ventana y allí, 
ella estaba. 
Estaba posada sobre el alfeizar 
de mi ventana.

La miré a los ojos y en ellos yo vi 
las penas guardadas, 
yo vi, en ellos la tristeza 
que en silencio guardan. 
Y en lo más profundo 
de sus claros ojos el perdón 
que claman.

Cerré de golpe la ventana, 
y volví a mi cama 
intenté dormir aunque no soñara.

Recordé; mi velero varado 
en la rada sola y casi olvidada, 
sus velas arriadas y su trapo roto 
desechas sus jarcias, 
el mástil tan corto 
él, que el cielo alcanzaba. 
El mascarón hundido, 
hundido en el agua.

Se escucha el silencio 
que traen las olas
cuando el mar es calma.
No hay marino alguno 
que aún faenara sobre su cubierta 
que recorre el agua,
no se oye habanera alguna 
que emane de secas gargantas 
penas, quejidos, alegrías del alma.

No pienso volver 
a abrir mi ventana 
aunque ella insista,
ni volver a la cala 
donde mi velero duerme 
en su calma.

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