PLENILUNIO EN ENERO.
Siento caer el rocío en las noches
frías, serenas y claras.
Las noches tranquilas y vacuas
en que los plenilunios vagan
y visten, de sombras a los árboles
de los bosques y a las peñas
en las más altas montañas
las presenta;
las presenta;
fantasmagóricas que espantan.
Noches de invierno en enero,
noches muy frías, heladas,
en que rilan las estrellas
y las nubes son tan blancas
que más que nubes, son sábanas
entre las que sueñan los cielos
y las estrellas aman.
Noches, en que la luna llena
se solaza, vestida con bata
de cola larga.
La luna va con su melena
al viento,
más que luna,
es la vedette que baila
su coreografiar de ensueño
en el escenario regio del lago,
de un lago que está en calma.
En los pantanos tranquilos
ella peina,
ella peina,
su cabellera de plata
con peine de oro fino
que tiene púas de nácar
y por las playas pasea
su talle de linda dama
mientras que lava su cara,
con el agua de un mar
que está sereno y en calma.
Luna llena, la luna de enero
es; una luna, es una luna tan blanca
que se viste con las nieves
de las cimas solitarias.
Lleva en su cuello gargantilla
que sus cuentas son de hielo,
y su diadema de plata
sus zarcillos son de oro que
sus zarcillos son de oro que
brillan más que un lucero,
que un lucero al alba.
La luna llena de enero,
de pureza inmaculada
se viste para la ocasión
de su encuentro con el sol,
con el sol de la mañana.
con el sol de la mañana.
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