PAISAJE DE INVIERNO.
Contemplo tus playas vacías,
solo las habitas las brisas
que bailan con las palmeras
abanican las suaves olas
besando rebalajes y orillas.
Tus paseos hoy solitarios,
y de tus caminos ausentes
aquellos que al raso duermen,
cuando caminan despacio
al paso de su caballo
y arreando a las recuas
que con su caminar duermen
al paisaje y las horas.
Hoy ese mar artificial,
cuadriculado y tan blanco
que transforma tus paisajes
de los valles y las laderas,
de donde tu mar se fuera
para dejártelo ocupar
y que vivir tu pudieras
complementando al mar.
Tus montañas solitarias
ya despiertas en la mañana
miran hacia el mar y el cielo
y sueñan con esas noches
de estrellas y de luceros
que alumbran a la vida,
mientras que la vida es sueño
y de ensueño es tu bahía.
Tus marismas salineras
donde la vida se gesta
donde las aves descansan
de sus largas singladuras
desde África hasta España
y desde España hasta
el norte Europa
donde ellas descansan
antes de volver a España
para en ella criar.
Tu sol, sol que es un gran tesoro
de aquel que en ti se asienta,
sea el viajero que a ti llega
buscándolo y por él se queda,
sea de aquel que se marcha
para visitar nuevas tierras
y con él en su corazón lo lleva,
sea de aquel que en ti mora
y de tu sol se enamora.
Tus desiertos de Tabernas
donde tu sol es el rey
es un paisaje que sueña.
Sueña con acercarse más y más
al mar que lo siente cerca
del mar escucho a los viajeros
hablar de su belleza,
de su gran inmensidad
y lo quiere abrazar.
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