...INVIERNO
La noche se ceñía sobre nosotros,
era una noche fría a la que
el silencio la penetraba
y en esa afonía el frío terso
estremecía nuestros cuerpos.
Era, era una noche de frío invierno.
Las estrellas rilaban,
la luna jugaba al escondite
con los luceros
y tú amor mío, tú, intentabas
ocultarte junto a mi cuerpo.
Era una noche fría de invierno,
el viento ululaba en los aleros,
la hierba de la pradera resplandecía
con el brillo frío del terso
hielo,
los gatos maullaban en los desvanes
mientras corrían por los graneros.
Era una noche fría de invierno.
Una nube tímida jugando sin
pretenderlo
oculto a la luna y su lucero
dándose un beso
y tu cuerpo aún tibio
se estremeció
junto a mi cuerpo.
El reloj de pared mudo testigo
de nuestros juegos,
con su monótono caminar
rompía el silencio de nuestra
alcoba
dando las horas con su misterio.
La noche se ceñía en el silencio
de nuestra alcoba,
de nuestros sueños.
La noche se desliza suavemente
sin pretenderlo,
sin darnos cuenta que ya la luna
y su lucero ya se nos fueron,
que las estrellas ya se escondieron
La noche se nos fue en
un suspiro
de aquel silencio. La noche se nos
fue
sin que supiéramos
que era el sueño.
Era una noche fría de invierno seco.
1 comentario:
Hola mi querido amigo: Siempre sera un placer encontrarte en tus blogs y leer tus poesías. Lindas. Románticas y de una gran ternura. Un abrazo muy, pero muy grande, de tu amiga, que te extraña, porque es mucho lo que tengo que aprender de ti. Eva
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