1 oct 2018

LA ROSA Y LA FUENTE...

...DEL CAMINO.
Una perla de rocío caprichosa y transparente 
se desliza por los pétalos de una flor, 
de una rosa, que de pena languidece, 
que se muere de pena y de dolor.
Que se muere de melancolía de amor.
La rosa se muere de tristeza y de dolor 
por sentirse muy sola y abandonada 
del amor.

La gota de rocío transparente 
un día de pronto se secó, 
se marchitó al besar el pedúnculo de la rosa, 
cuando esta de pena se marchitó.

Esa rosa que vive junto a la fuente, 
y a la fuente del camino da color,
el camino de la vida 
que cada uno utilizamos,
según sus sentimientos y su condición.

El camino que te acerca a tu destino 
o bien, te aleja de lo que allí sucedió, 
y te lleva y te acerca hacia el olvido
aunque quizás nunca olvidar se consiguió.

La rosa de la fuente quedó prendida 
de un joven peregrino que un día 
a la fuente se acercó.
El joven bebió en la fuente
y con su agua se refrescó.
Acarició con suavidad los pétalos 
de la rosa y con la mirada a ella deseó. 
Con vehemencia de sus aromas 
y belleza disfrutó.

Cuando la tarde languidecía, 
cuando el sol se desplomaba 
hacia su ocaso, 
el peregrino a la fuente y a la rosa 
dijo adiós.
No volvió su mirada hacia la rosa 
y dejó de escuchar de la fuente 
su canción. 
La fragancia de la rosa en el ambiente 
se perdió.

La rosa se marchita cada día 
mirando hacia el recodo del camino 
por donde él aquel día se marchó.

Murió la rosa en su rosal prendida, 
la fuente un día también enmudeció.
El estío que todo lo reseca 
a la fuente y a la rosa, marchito.

Volvió la fuente a cantar en primavera 
y de nuevo el rosal, de nuevo floreció, 
sus rosas tan lindas, tan lozanas 
al camino dan cada año belleza 
aromas y color.

De nuevo volvieron a andar 
los peregrinos el camino, 
de nuevo las rosas soñaron 
con el amor.
La fuente los canta y los refresca, 
las rosas del rosal les da aromas, 
belleza y color.

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