...QUIETA.
De nuevo la mar
frente a mi ventana.
Esa mar tranquila,
esa mar en calma,
esa mar dormida
que hoy ya no sueña
que está deprimida.
Esa mar a veces tan brava,
tan bronca que inculca el miedo
en mi cuerpo y en mi alma.
Esta mar que está vacía,
carente de corazón y de alma,
que no tiene sentimientos,
que no es nada, no es nada.
Sus aguas tranquilas,
serenas, espejos del alma
que solo la brisa altera
su calma.
Sus olas ayer tan bravas
y encastadas,
hoy apenas se mueven,
llegan a la playa
y en ella se quedan,
no son olas traviesas,
no son osadas,
son olas de arena,
de espuma y de agua...
En sus horizontes no se ven
las velas, de ningún velero
que surque su cielo,
su cielo en la tierra
de un azul turquesa
de un azul de cielo.
Ningún bergantín
que hienda sus aguas
con sus velas blancas
tendidas al viento,
cazando las brisas
de tierras adentros,
descubriendo sueños.
No hay barquitos pesqueros
que sus redes tiendan
en sus azules sueños,
entre olas bravas,
entre olas quietas.
Hoy mi mar está en calma,
hoy mi mar está deprimida,
hoy no sueña nada,
hoy está dormida.
Hoy mi mar está frente
a mi ventana
y yo la despierto,
pues está muy apática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario