10 oct 2019

LA CALLE VACÍA

PASÓ TU HORA.
Siento frío, mis manos trémulas 
cual hojas acariciadas 
por la brisa de la tarde.
Y tú no estás para abrazarme, 
para decirme cosas bonitas
y consolarme.

Mi cuerpo tiembla 
y a veces pienso que no es de frío 
que es de miedo al esperarte 
y tu demora, que llegas tarde 
sin una causa que a mí me diga 
de tu deshora.

La tarde es fría, húmeda es la tarde 
la lluvia cae sin compasión 
para mojarme.
Y tú no llegas y te demoras,
mis ojos miran hacia la esquina 
de esa calle por donde espero 
ver tu figura a mí acercarse.

Las luces de la calle hace ya tiempo 
que se encendieron para alumbrarme, 
para decirme que te demoras, 
qué llegas tarde. Pasó tu hora.

Las gentes corren, pasan muy cerca 
y sin mirarme 
y yo te espero, sin inmutarme 
y en tu tardanza habló a la lluvia 
que suavemente cae, se desploma 
y escucho su voz tenue y sonora 
que me contesta con su sonido 
en los cristales,
Cristales sucios de marquesinas,
y escaparates. 

Me dice la lluvia que tú no llegas, 
que te demoras, que no te espere 
que ya hace tiempo pasó tu hora.

Sigo esperando y mi cuerpo 
sigue temblando.
Poco a poco la calle quedó vacía, 
no pasa nadie, 
también se apagan las luces blancas 
de los neones
y los colores de los letreros 
de escaparates y de estaciones.

Y tú no llegas, a ti hace mucho 
que se te espera. Pasó tu hora.

Mientras te espero bajo la lluvia 
bajo las sombras de una tarde 
que se hizo noche al esperarte.

La calle vacía, los escaparates 
hace ya tiempo que se apagaron, 
la noche es fría, con nadie habló 
solo la lluvia y la farola 
de aquella esquina a estas horas son;
mis compañeras en la espera 
de tu demora. Pasó tu hora.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Mi querido amigo:
¡Esta, tu última poesía es hermosa! ¡Muy hermosa!
Quiero contestártela. Es perfecta y llega a lo más profundo del alma y despierta sentimientos, sueños, desengaños. Una cantidad de sentimientos en una revolución, inquietante y hermosa al mismo tiempo.
Es soñar y no soñar. Es vivir algo que no se vive y no se vivirá, pero se desea vivir.

ERES UN POETA, UN GRAN POETA, GRACIAS POR HABER LLEGADO A MI VIDA UN DÍA CUALQUIERA Y SER MI AMIGO, AHORA.