14 feb 2024

HABLANDO CON DAVID. 2024 -XIII

Hola mi niño, como te encuentras? 
Esperamos que no estés como nosotros 
un poco perdido en estas fechas.
 

Cariño mío, solo nos dan 
alegrías y las esperanzas 
que nos insufla las fuerzas 
que tanto necesitamos 
en este laberinto 
de gran ansiedad 
y de tan tristes penas. 
Tu preciosa niña, 
nuestra linda 
y querida nieta.

Ese tesoro que ella 
posee aún escondido
y que ahora lo muestra, 
con su generosidad 
que ya asoma, asoma.

Una muestra que de su ser
cada día ella nos muestra. 
La vemos crecer
y esas cosas nuevas 
que va aprendiendo 
y asimilando en su 
tan corta existencia.

Cada momento nos dice, 
y nos exige y nos muestra 
lo mucho que le gusta 
que juguemos con ella.
 

Cuando ella se va, 
cuando ella nos deja, 
cae sobre nosotros el vacío 
que nunca jamás se llena 
hasta ese, el día en que ella
con nosotros retorna.

Que largas son las semanas.
Que sempiternos los días,
cuanto silencio encierran
en jornadas anodinas.
Cuando ella con nosotros,  
ella no se encuentra. Mi niña.

El mutismo en nuestro hogar
es una losa que pesa
hasta que ella la levanta 
sin necesidad de fuerza.


Con ella llega la “felicidad” 
al hogar que siempre espera,
también, el deseado desorden
que con ella se genera.
Las risas todo lo invaden.
Los besos sin orden llegan.
Son besos dulces, amorosos, tiernos...
Salen del alma que pena
donde el amor se esconde, 
antes, de que al corazón llega, 
donde su orden él encuentra.

Una divina anarquía de amor
que no queremos perderla
y qué necesitamos dar, 
para liberar de nuestra alma 
la pena, que a todas horas llora.

Que fácil y cuanto nos gusta
darle, darle, 
el amor que el corazón atesora.
Las caricias de nuestras manos
salen 
y en su cuerpo se refrenan
para no incomodarla
pues es tan niña, tan niña,
que no puede comprender
que tanto amor y cariño, 
 nuestros corazones llena.

No podemos imaginar 
que sería de nosotros 
si no tuviésemos 
a nuestra linda pequeña.

Cariño mío, mi hijo del alma
se tú feliz viendo como la amamos
y  ella siendo tan bebe 
con creces nos lo devuelve
con sus sonrisas y abrazos...

David hoy te digo adiós aquí,
pero bien lo sabes tú
que te llevo permanente

en mi corazón y alma,
y en mi boca siempre 
estás presente al hablar.

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