Hola David hijo mío:
Hace tiempo que no escribo,
no pienses que te he olvidado,
te tengo siempre conmigo
y donde quiera que miro,
yo te veo a ti hijo mío
en mis recuerdos guardados.
te despiertas a mi lado
y si sueño es contigo.
Contigo, siempre a mi lado.
Hoy de nuevo he visitado
aquella playa tranquila,
donde antaño buceamos
con sus aguas transparentes
que nos siguen esperando.
Con esas aguas impaciente
que desean tanto y tanto
mecernos entre sus olas
y abrazarnos, abrazarnos.
que aguanta el acantilado,
donde viven las morenas
y moran los planos sargos.
Ella también te añora,
también te está esperando.
Aquella cueva hundida
que a ti te gustaba tanto,
donde se esconde las lisas
y se refugian los robalos,
me ha preguntado por ti,
y yo no la he contestado,
pues no quería mentirla,
tampoco seguir llorando.
¡Silencio! el mar se va caminando.
No quiere el mar que despierten
los peces de los acantilados
que viven entre corales
transparentes y nerviosas
se acerca al rebalaje
tan pronto llega lo besa
se va, buscando otros mares.
Me senté sobre una roca
para yo poder admirar
del mar toda su grandeza,
su poder y su humildad.
Qué pena que tú no estás,
pues yo me siento muy solo,
muy solo si tú no estás.
No quiero solo y sin ti
dejarme;
por este mar abrazar.
algo que nunca jamás
yo podré recuperar.
en estas aguas tranquilas,
no quiero yo disfrutar
de los fondos de tu mar,
que es donde crece la vida
El mar se quedó muy triste,
al mar yo le oí llorar,
el mar se quedó muy solo
al no poderte encontrar.
Pero lo que el mar no sabe,
y yo, se le voy a contar
que tú, ya formas parte de él
y en su seno él acunándote está.
que yo quiero hoy contigo


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