13 mar 2025

HABLANDO CON DAVID 2025-XII


Hola David, hola hijo mío. 
Desde mi ventana contemplo 
yo el camino 
por donde tu tornabas de nuevo
al viejo nido hoy casi vació.

En el siempre esperábamos 
con interés, expectación y mimo  
y todo el que a él llegaba
era bien recibido.

Hoy nosotros miramos 
constantemente 
hacia ese camino,
tan solitario y triste
tan vacío y tan frío. 

Al borde de este sendero crece
sin tino, sin orden y sin mimo 
una densa flora 
que marca su destino.
En ella el tiempo nos muestra
la época en que vivimos.

Vemos que el invierno se aleja
dejando un vacío que anuncia
la pronta primavera.
 
En un mimbrar triste, ajado y desnudo 
en el que apenas se muestran yemas, 
que anuncian primaveras.
Un par de jilguerillos 
vestidos de rojos, negros, amarillos…
se afanan y se esmeran 
en ocultar su nido 
para que nadie sepa
donde lo han construido.
Ellos alegran mis dolores y penas,
con melodiosos trinos.
 
David mi hijo querido es;
la nueva primavera 
que llama a nuestra puerta 
trayendo junto a ella 
alegre sabia nueva 
llenando el ambiente 
con luz, color y vida
que llena de esperanza
a las almas heridas.


Y tu mi dulce niño
no podrás disfrutarla
con esa tu alegría
que tú siempre llevabas
y siempre compartías
con los que cerca estaban. 

Pero así, es la vida
y habrá que aceptarla
aunque en ello 
se nos vaya la vida.

Te quiero, te añoro, mi vida.


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