Hola cariño;
ya de vuelta a nuestro vetusto nido
del que un día volasteis
al sentiros quizás,
ya de vuelta a nuestro vetusto nido
del que un día volasteis
al sentiros quizás,
por su espacio oprimidos.
Hemos estado muy lejos,
tú con nosotros,
tú con nosotros,
como siempre, has venido.
Y desde nuestra terraza
donde tan felices fuimos.
Y desde nuestra terraza
donde tan felices fuimos.
Cada mañana al mar
le he preguntado por mí hijo.
(¿Cómo se encuentra mi niño?)
Y el mar; siempre me ha respondido.
Tu hijo está conmigo,
forma parte de mi agua
y yo lo he acogido,
como es: mi hijo.
(¿Cómo se encuentra mi niño?)
Y el mar; siempre me ha respondido.
Tu hijo está conmigo,
forma parte de mi agua
y yo lo he acogido,
como es: mi hijo.
Ese mar, con el que tú te has fundido.
Ese mar, que siempre te ha querido.
Ese mar, del que te dejabas abrazar.
Ese mar, al que contabas tus dudas
y recibías paz, tranquilidad, cariño.
Ese mar, que siempre te ha querido.
Ese mar, del que te dejabas abrazar.
Ese mar, al que contabas tus dudas
y recibías paz, tranquilidad, cariño.
Ese mar y tú; sois tan solo uno,
solo, solo uno.
Cariño mío.
Quisiera ser yo hoy tu mar
para poder abrazarme
cada momento contigo,
para poderte yo hablar
sin tenerte que soñar
y escucharte tus sentidos.
Cuanto te echamos de menos.
Cuanto dolor aun sentimos
como notamos tu ausencia
en los espacios vacíos
de nuestros cinco sentidos.
Hace poco tú llenabas
sin tener que estar presente
todos esos, nuestros sentidos.
Hoy también estas presente
pero no escuchamos tu voz,
tampoco vemos tu cara
no sentimos el calor de tus abrazos,
ni el aroma de tu piel
que siempre te delataba
cuando llegabas a casa,
ni el degustar el sabor
de tus labios cuando
con ellos nos besabas.
Ahora para poder abrazarte,
oír tu bendita voz, dulce y clara,
oler tu aroma, saborear tu esencia,
ver tu linda y querida cara.
Tenemos que estar a solas o soñarte,
en esas noches de insomnio
tan tediosas y tan largas.
Cariño mío espéranos, que ya vamos
a fundirnos con las aguas de tu mar
tan azules, tan límpidas,
tan tranquilas y diáfanas.
David mi niño querido.
Te añoramos,
con todos nuestros sentidos
con el corazón y el alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario