Hola hijo mío;
De nuevo me siento ante ti
y escribo, y escribo,
más no sé qué decirte,
que ya no te haya dicho.
Te he dicho te quiero,
y yo te lo repito
de cero al infinito.
Te quiero de verdad
como nadie ha querido,
lo sabes bien cariño.
Y no me canso nunca
de pregonarlo al aire
nuestro único testigo
de cuándo estoy a solas,
de cuando estoy contigo.
y yo te lo repito
de cero al infinito.
Te quiero de verdad
como nadie ha querido,
lo sabes bien cariño.
Y no me canso nunca
de pregonarlo al aire
nuestro único testigo
de cuándo estoy a solas,
de cuando estoy contigo.
Te he dicho cuanto te añoro,
lo mucho, que yo te necesito,
que vivo, porque vivo.
Y desde que te fuiste
existir, no sé si ya existo.
Te cuento yo mis sueños
que son siempre tuyos
y cuando me despierto
tan solo yo escucho
el eco de unos paso
de un tiempo que se fue.
Que ya se nos ha ido.
que son siempre tuyos
y cuando me despierto
tan solo yo escucho
el eco de unos paso
de un tiempo que se fue.
Que ya se nos ha ido.
Te he dicho yo mil veces
cuando hablo contigo
que nunca, nunca, nunca...
te podremos pagar
el obsequio divino que tú,
a todos nos dejaste
para poderlo amar.
Ese ser tan pequeño
que tiene tanta fuerza
y tanto amor que dar.
cuando hablo contigo
que nunca, nunca, nunca...
te podremos pagar
el obsequio divino que tú,
a todos nos dejaste
para poderlo amar.
Ese ser tan pequeño
que tiene tanta fuerza
y tanto amor que dar.
Es ella quien nos anima
y quien fuerzas nos da
para seguir andando
en nuestra soledad.
y quien fuerzas nos da
para seguir andando
en nuestra soledad.
Si las semanas son largas.
Del viernes a domingo
se pasa sin pensar.
Cuando ella está
en medio de nosotros,
tú siempre hijo estás.
Un rayo de esperanza,
para nuestras penas
en medio de nosotros,
tú siempre hijo estás.
Un rayo de esperanza,
para nuestras penas
y este gran dolor
poderlo aliviar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario