Hola David hijo mío;
¿Cómo te encuentras pequeño?
deseo que estés tranquilo y feliz,
aunque esto sea un sueño.
Un sueño, en el que quiero soñar
contigo y decirte que te quiero.
Decirte que los días son muy largos
sin tenerte cerca mi.
Solo viéndote en mis recuerdos.
He soñado, no lo sé,
si dormido o despierto.
He soñado hijo mío;
y en este sueño estábamos
en nuestro amado elemento.
Estábamos en El Molino de Papel
con el neopreno bien puesto
abrazados por las aguas de este mar
tan claras y transparentes,
tan límpidas, como un espejo.
Viendo los fondos tranquilos
el hábitat de hermosos meros,
donde los pulpos se sienten,
como unos reyezuelos
posados encima de grandes rocas
desde, donde dominan su reino.
¡Cuánto, hemos disfrutado¡
en esos tiempos pasados
que por desgracia se fueron.
Y ahora, tan solo me quedan
esos bonitos recuerdos
y quizás si tengo suerte
revivirlos en mis sueños.
Cuando te hiciste mayor
y me quedé solo,
sin mi más fiel compañero,
dejé colgado en la percha,
el fusil, los plomos, las gafas,
las aletas y el neopreno.
Y con el pasar del tiempo
un día tú retornaste junto a mí.
Y muy juntos fuimos al encuentro
de nuestro mar que esperándonos estaba.
David, que poco duro aquello.
Hoy de nuevo yo he vuelto
a colgar físicamente,
los plomos, las aletas, las gafas
el fusil y el neopreno.
Pues ya nunca jamás habrá
con nuestro mar un reencuentro
He perdido la ilusión,
me falta mi compañero.
Ahora tan solo veo los fondos,
en la fría televisión
y en aquellos mis recuerdos.
Y acompañado por ti,
solo, si tengo la dicha
de encontrarte en mis sueños.
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