2 nov 2008

INMEMORIAL. A LOS QUE NOS DEJARON

Quien, quien no ha perdido a un familiar querido, a un amigo, a un conocido, etc. quien en estas fechas tan señaladas (Señaladas muchas veces comercialmente) no se siente un poco depre recordando a los seres queridos que se marcharon para siempre. Bueno, pues yo también caigo en esa "trampa". Y aunque siempre están en mis pensamientos y me acompañan cada día, estos días me llenan de melancolía y añoranza y recuerdo a mis padres, a mis abuelos, tíos y primos que nos dejaron. Unos nos dejaron en los momentos que hemos dado en llamar Ley de Vida, otros (Gracias a Dios los menos) cuando aún el calendario biológico no había llegado a su hora por culpa casi siempre una cruel enfermedad nos los arrebató de nuestro lado. A todos ellos les dedico esto versos que escribí pensando en ellos y estas lindas fotografías de hermosas flores de mi amigo Aitor Luling.


A LOS QUE NOS DEJARON
 
Sus sitios vacóss no están ocupados,
el olor a sus cuerpos se fue marchitando,
Sus rostros queridos el pasar del tiempo
nos lo van borrando.
Sus voces, sus gritos, sus risas, sus cantos,
el cruel silencio, las va acallando.
El sonido quedo de aquellos sus pasos,
se fue enmudeciendo,
y el paso del tiempo los fue alejando.
¿Dónde están, qué no han vuelto?
¿Dónde, dónde se marcharon?
Sólo en nuestros recuerdos
siguen ellos morando.
En nuestras mesas hay lugares vacíos,
hace tanto tiempo que nadie ha ocupado.
En el lecho su sitio está frío,
y el olor a su cuerpo el paso del tiempo
lo ha marchitado.
Pero en nuestros recuerdos
ellos siguen vivos,
y vuelven a mi cuando yo los llamo.
Cuando estoy feliz, ellos son felices.
Cuando yo les canto ellos están cantando.
Cuando estoy muy triste me están consolando.
Y lloran conmigo, si estoy yo llorando.
Mi seres queridos que un día marcharon.
Marcharon muy lejos, tan lejos, tan lejos,
que nunca tornaron.
No sé dónde fueron, ni donde llegaron.
Pero en mis recuerdos quedaron grabados.
Recuerdos sus risas, sus voces, sus gritos,
sus lloros, sus cantos...
Recuerdo sus tiernas caricias, sus cálidos besos,
sus voces tan dulces, sus tiernos abrazos.
Aunque nunca acudan en presencia física,
cuando yo los llamo.
En mi corazón, siempre están a mano.
Siempre en nuestras mesas
hay guardado un sitio
y encima del mantel colocado un plato.
Pero en estas fechas,
mi corazón está triste,
mi corazón siempre está llorando,
mi casa está fría, le falta las risas
las voces, los cantos,
les falta sus dulces caricias
sus tiernos abrazos.
Les falta la presencia física
de todos vosotros los que habéis marchados.
Mi corazón no tiene consuelo.
¡Es que faltáis tantos! 

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