CULPABLE YO, SI SOY CULPABLE

YO SOY CULPABLE DE AMARTE

El agua del arroyuelo cantaba mientras te veía pasar,

caminabas muy despacio no mirabas hacia atrás

y aunque el agua te llamaba tú no querías escuchar.

Los álamos de la ribera tiemblan con tu caminar 

y los mimbres y los sauces lloran con tu soledad.

Aún recuerdo aquel día cuando de mí te alejaste, 

cuando de mi te marchaste, sin pararte a mirar

y sin decirme adiós, te fuiste hacia al camino 

adelante sin destino sin equipaje de mano, 

sin un adiós que escuchar.

No recuerdo porqué fue, ni recuerdo el motivo

por el que tú te marchaste y muy solo me dejaste, 

yo no encuentro un sentido a tu marcha en silencio,

y se bien que tú me quieres, tanto como yo te quiero.

 

Los altos ojos del puente por el que el río cruzaste,

te decían amor mío, adiós. Adiós que tú no escuchaste.

Los ruiseñores cantaban entre los mimbres y zarzales 

y es que la luna miraba cuando tú me abandonaste.

Y le pregunto yo al viento, si de ti tiene señales,

y le pregunto yo al sol y a los puntos cardinales,

si saben dónde tú moras, dónde puedo yo encontrarte.

El agua clara del río de ti me habló una tarde,

me dijo que te habían vistos lavando en ella pañales.

Mis ojos se inundaron, soñando con encontrarte,

porque ese hijo tuyo y mío jamás se crie sin padre.

Dime dónde tú te encuentras. ¡No lo calles!

Mándame, con la brisa de la tarde tus señales

que yo no puedo vivir, vivir yo sin abrazarte.

No sé bien por qué te fuiste,

no sé porqué me dejaste,

sea por lo qué ello fuese,

pienso; Yo no soy culpable.

Que culpable yo si soy, amor mío;

culpable amor mío, yo de amarte.

De amarte si creo que soy;

de amarte yo soy culpable.

Que no se menee el puente,

cuando por el puente pases,

que no cante el ruiseñor 

entre zarzas y mimbrales,

que ya canten los jilgueros

en los verdes olivares.

Que te encuentre yo muy pronto

ya que mañana es muy tarde.

Amor mío yo solo soy culpable, 

de amarte soy culpable.