Yo sé que las primaveras llegan
siempre a destiempo,
que
son tardas, perezosas, lentas, cual las yuntas
que
labran en los extensos barbechos.
Yo sé bien que las deseadas
lluvias de los otoños inciertos,
siempre
llegan cuando nadie las espera,
fuera,
muy fuera de tiempo.
Pues
las besanas hace tiempo que se araron,
con
polvo y sin tempero.
Yo sé bien que el olvidó es
injusto y a veces traicionero
y
aunque olvidar es humano y el perdón siempre es bueno.
El
perdón ha de ser voluntario, de corazón y sincero.
Pero
casi nunca son; el perdón y el olvido compañeros.
Yo sé que amar es un sentimiento
que para sí lo queremos
y
que amar es difícil, difícil de conseguir ese amor limpio y sincero.
Amor significa darte, darte sin
nada esperar,
pues
amar es entregarte sin pliegues a los demás,
sin
esperar que te amen por el hecho de tú amar.
Yo sé que el sol del otoño y el
invierno es un sol muy especial,
que
se despierta muy tarde y muy pronto él se va.
Sé yo tantas, tantas cosas, que te
podría contar,
pero
sé que tú no quieres, tú no quieres escuchar.
Yo siempre estoy a tu lado, más tú
no sé dónde estás
yo
siempre estoy esperando y tú nunca has de llegar.
Mi
perdón si es sincero y yo sé bien olvidar
yo
he sabido entregarme, a ti y a los demás,
soy
el sol de primavera que empieza a deslumbrar
y
alcanza su plenitud en la fiesta de San Juan.
Soy el sol, el sol de la verdad,
sale muy de madrugada
y
es tarde cuando se va.
1 comentario:
Hola Rodri:
Este poema es precioso, se ve reflejada en el tu alma y tus lindos sentimientos.
Profe: ¿Me enseñaras, cuando regreses de tus vacaciones, a perdonar?
Ya, por lo menos, hoy, recibí mi primera lección.
¡Por algo, eres mi poeta preferido!.
Un abrazo de tu amiga, la aprendiz de todo,
Eva
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