MOMENTOS
DE SILENCIO
Hace
tiempo no escribo, que estoy en silencio,
el
árbol está herido, el pájaro muerto,
no
cantan en mis ramas desnudas,
ya
no cantan los lindos jilgueros,
ni
tampoco yo, como hacia antaño
suavizo
los vientos.
Las
nubes que ayer mojaban mi cuerpo,
hoy
pasan de largo muy lejos, muy lejos
no
miran al huerto donde yago caído y seco,
donde
poco a poco yo me estoy muriendo.
Hoy
estoy llorando, gimo y me lamento
de
encontrarme solo, solo y en silencio.
Tal
vez de nuevo mañana cuando cambie el tiempo,
nuevas
primaveras, inviernos se fueron,
de
nuevo en mis ramas habrá brotes nuevos
y
aves canoras colgaran sus nidos en los tallos nuevos.
Quizás
a mis ramas mañana vuelvan los jilgueros
y
entre mi ramaje píen sus polluelos
llamando
a sus padres para que les traigan el rico sustento.
La
brisa fresca del verano eterno
envuelva
mis ramas con olores tiernos
de
fresca albahacas de recios romeros,
de
dulce madreselva del duro cantueso
y
el viento del norte en el frío invierno
cruce
entre mis ramas desnudas
y
ulule de nuevo mientras yo suavizo su ímpetu fiero.
Eso
quizás sea mañana, pues hoy yo me encuentro
en
mustia agonía, perpetuo silencio,
casi
olvidado en este rincón de mi amado huerto.
Quizás
cuando pase el tiempo,
quizás
habrá en mis ramas suaves renuevos,
quizás
habrá otros pájaros con otros polluelos,
y
vuelvan otras nuevas primaveras con nuevos momentos.
Pero
eso quizás será en otros tiempos.
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