22 dic 2013

EL VERANO SE NOS VA

NOSTALGÍAS DE VERANO

Una vez que el verano va pasando
con él se lleva los amores pasajeros 
amores que surgieron con la brisa de las tardes, 
amores que quizás con el tiempo ya se fueron, 
amores que quizás no sean nada;
nada más que el recuerdo de un encuentro casual 
que pronto se olvida y se recuerda al año.
Los amores de veranos no son más 
que recuerdos en el olvido de un antaño.

Con el estío se van las limpias alboradas, 
auroras que se muestran muy limpias 
y muy claras tras las altas montañas, 
con él verano también el calor se marcha. 
Calor que amodorraba, el canto de la cigarra, 
con el verano se marchan los aromas 
que traen entre sus alas la brisa fresca y tenue 
del arroyuelo cercano que canta,
muy cercano a mi casa; 
fragancias de jazmín, madreselvas, albahacas, 
esencias de hinojos, romero y cantueso, 
tomillos, azahares y lavanda.

El verano al irse se lleva entre sus pliegues 
esos anocheceres suaves que esperamos 
en los parques sentados, sentados en terrazas, 
en plazas contemplamos la luna plena y clara, 
estrellas en los cielos, cometas que aun pasan,
miramos a las olas sentados en las playas 
escuchando el rumor del mar que traen entre sus aguas 
las sales de otros mares, leyendas de piratas, 
corsarios sanguinarios, tesoros escondidos 
en islas con palmeras que no vienen en los mapas 
ni se conoce el rumbo para poder hallarlas.

Las noches de los veranos no quieren, 
no quieren entrar en nuestras casas, 
se quedan ellas sentadas en las frescas terrazas
siempre ellas esperan las nuevas primaveras 
que nunca en tiempo llegan; que aún un tiempo tardan.

Con el verano se van las fiestas y las jaranas, 
algarabías lejanas de las alegres verbenas 
de las verdes praderas cercanas a las ermitas 
donde aún se veneran santos y sus reliquias
que a nuestros padres llevan en largas romerías.

Cuando el verano marcha nos trae de nuevo;
al día de cada día.
Nos trae de nuevo la rutina, el despertar cada mañana, 
las prisas y el esperar que llegue el fin de la semana.
Nos trae la realidad perdida y la muy cruda rutina.

Esperanza no nos falta a que llegue,
con el paso de los días un nuevo verano, 
y en él encontrar el descanso y esa paz perdida
que nos da el verano y que nunca se olvida.

1 comentario:

Eva Margarita Escobar Sierra dijo...

Hola Rodri:
He estado navegando por por el mar profundo de tus versos. y encontré en tus últimos poemas, dulzura, cariño, amor y ternura.
Cualidades que solo, una alma noble, puede brindar a todo los que lo rodean.
Estas fechas, nos traen nostalgias, pero también, la esperanza de un nuevo amanecer. Y como tu lo dice, se debe escribir una nueva historia. Con ilusiones nuevas, con proyectos diferentes y con mucha esperanza.
Felices fiestas y un gran abrazo para ti, todos los tuyos y un lindo recuerdo para los que ya partieron.
Hasta pronto amigo, un gran abrazo desde américa, de tu amiga, Eva