5 feb 2015

NEVABA...

 ... Y YO TE ESPERABA.


Nevaba y la suave nieve besaba mi cara, 
tras esa cortina de mil mariposas que revoloteaban 
yo vi una sombra que hacia mí avanzaba, 
creí conocerla y corrí hacia ella me arrojé en sus brazos, 
mas ella no estaba 
y solo, tan solo encontré unas huellas en la nieve blanca, 
en la suave nieve que poco a poco las huellas borraba.

La nieve caía tan suavemente 
cual mil mariposas volando al instante 
yo seguí las huellas creyendo encontrarte 
y solo encontré un parque nevado, un lindo paisaje 
y un ruiseñor que estaba posado en la fina rama,
aterido de frío el ave temblaba, 
sus alas mojadas no podían volar 
y el intenso frío lo quería helar.
Se dejó coger y lo acaricié y le di calor 
en mi pecho herido junto al corazón.
Cuando el ruiseñor se recuperó 
le di un tierno beso y lo eche a volar
entre la maleza él se cobijó 
y con su trinar las gracias me dio.

La noche se echó y desde mi ventana 
contemplé del parque su blanco paisaje, 
sus árboles blancos que doblan sus ramas 
cargadas de nieve. Nevaba, nevaba, nevaba...

Contemplé nevar tras el frio cristal 
desde mi ventana, contemple el banco
y el tilo verde hoy blanco muy blanco 
y esa farola que alumbra las horas 
que juntos pasamos. Hoy tan triste y sola.

Nevaba, nevaba y aunque me gustaba 
ver caer la nieve desde mi ventana 
yo; cariño mío a la nieve odiaba 
por cerrar caminos que tú caminabas 
para acercarte hasta nuestro banco,
aquel banco que hay en el parque 
bajo el lindo tilo junto a la farola 
que alumbra nuestros besos,
que escucha secretos que ella nunca cuenta
que da luz tierna a las horas que juntos pasamos.
Hoy están muy solos el parque y el tilo
y el viejo farol el mudo testigo de este nuestro amor.

Nevaba y no pude verte por culpa de la nieve
que todo lo cubre con su manto blanco 
de linda pureza y suave tacto.
Nevaba, nevaba, nevaba.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:
Estas dos poesías, son maravillosas. Tienen un pequeño toque de ternura, que me gusta y una muestra grandísima de tu romanticismo.

Pero también tienen, esa seriedad tan característica, de las personas de tu tierra.

Tu sabes, lo mucho que te admiro y lo mucho que aprendo de ti, en cada poesía que leo y en cada verso. que escribes.